Los protagonistas originales del manga de Pokémon no hicieron acto de presencia relevante durante el arco argumental de Rubí y Zafiro, aunque se trataba de una saga tan completa e interesante que apenas nos dimos cuenta de que los tres entrenadores que iniciaron todo seguían estando por ahí entrenando con sus compañeros.
Rojo, Azul y Verde regresan en la adaptación de una trama correspondiente a los remakes de 2004 que se realizaron sobre los videojuegos originales, ofreciendo de nuevo una importante historia que tendrá consecuencias en la linea argumental que llevamos siguiendo desde el primer volumen de Pokémon (de las sagas con publicación española únicamente XY y Negro y Blanco poseen tramas independientes del resto). Nuevos y devastadores movimientos, enfrentamientos entre poderosas criaturas legendarias y una historia de amor paterno que, a título personal, me parece lo mejor de los dos volúmenes que componen la saga. Rojo Fuego y Verde Hoja mantiene viva la tradición del manga Pokémon de seguir mejorando las virtudes de sus predecesores y añadiendo características nuevas, como la profundidad en cada personaje principal, los combates Pokémon y alguna que otra escena violenta mostrada de forma más explícita que en las otras sagas (como las heridas que sufren los propios monstruos).
Destacaría el diseño de Rojo, que conforme se hace mayor va adquiriendo un aspecto cada vez más cercano a ese entrenador legendario ideal que todos tenemos en mente cuando recordamos e interpretamos a nuestra manera la batalla del Monte Plateado, aunque en realidad todos se benefician de esta "madurez" de diseños.
El argumento de estos volúmenes es uno de los más difíciles de tratar sin caer en spoilers, así que comentaré lo justo para que los fans del videojuego intuyan algunas de las bases de la trama pese a que las escenas más importantes son exclusivas del manga.
Todo gira en torno a los esfuerzos de los tres protagonistas por encontrar al Profesor Oak mientras aprenden nuevos métodos de combate con los que demostrar que son grandes entrenadores independientemente de que posean o no las Pokédex. En esta aventura también participa Plata, el amigo de Verde y rival de Oro, que llega a Kanto buscando a su verdadero padre sin ser consciente de las consecuencias que tendrá semejante encuentro para el Mundo Pokémon. Por último tenemos a un par de legendarios bastante populares y con un papel primordial en el desarrollo de la saga. Estoy seguro de que uno de ellos (no, el de las portadas no) sorprenderá bastante a los lectores y su forma de combatir perfectamente puede ponerse al nivel de muchos shonen de poderes y personajes excepcionales.
Obviamente también aparece el cuarto protagonista de la aventura original, varios secundarios ya conocidos y algún antiguo villano con nuevas funciones en la historia junto con todo un nuevo elenco de personajes inspirados en los videojuegos o creados exclusivamente para el manga (con la calidad esperada en todos ellos).
Lo que en un principio parece ser una simple transición entre Rubí y Zafiro y la futura Esmeralda se acaba convirtiendo en una historia excelente que adquiere importancia propia a la vez que sirve de prólogo a los próximos volúmenes. Tiene un tono más adulto, unos combates de grandes proporciones y escenas que, vuelvo a repetir, alcanzan su máximo exponente cuando tienen que mostrar la relación entre Plata y su padre. Cerca del final de la saga hay una viñeta que me ha parecido simplemente magistral por su calidad y por todo lo que logra representar.
Estoy ansioso por leer Esmeralda, cuya publicación parece estar prevista para el próximo mes (es un gustazo que Norma publique tan rápido) y que, por lo poco que sé, reunirá a más protagonistas del manga Pokémon. Espero el regreso de Oro, que pasó de parecerme muy soso a ser uno de mis preferidos, e imagino que volveremos a ver a los héroes de Hoenn. Llevamos catorce volúmenes (veintidós si contamos la saga independiente de quinta generación y la que aún está en publicación de la sexta) y cinco arcos argumentales cuya trama se va unificando poco a poco (de nuevo no estoy contando aquellos que funcionan de forma independiente por el momento). La historia de Pokémon está al fin con nosotros y cada mes que pasa se sigue confirmando que estamos ante un manga de la mayor calidad.
Lo que en un principio parece ser una simple transición entre Rubí y Zafiro y la futura Esmeralda se acaba convirtiendo en una historia excelente que adquiere importancia propia a la vez que sirve de prólogo a los próximos volúmenes. Tiene un tono más adulto, unos combates de grandes proporciones y escenas que, vuelvo a repetir, alcanzan su máximo exponente cuando tienen que mostrar la relación entre Plata y su padre. Cerca del final de la saga hay una viñeta que me ha parecido simplemente magistral por su calidad y por todo lo que logra representar.
Estoy ansioso por leer Esmeralda, cuya publicación parece estar prevista para el próximo mes (es un gustazo que Norma publique tan rápido) y que, por lo poco que sé, reunirá a más protagonistas del manga Pokémon. Espero el regreso de Oro, que pasó de parecerme muy soso a ser uno de mis preferidos, e imagino que volveremos a ver a los héroes de Hoenn. Llevamos catorce volúmenes (veintidós si contamos la saga independiente de quinta generación y la que aún está en publicación de la sexta) y cinco arcos argumentales cuya trama se va unificando poco a poco (de nuevo no estoy contando aquellos que funcionan de forma independiente por el momento). La historia de Pokémon está al fin con nosotros y cada mes que pasa se sigue confirmando que estamos ante un manga de la mayor calidad.
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