lunes, 25 de enero de 2016

Mucho más que nostalgia: Digimon


Intentar hablar de Digimon sirve, por lo general, para hacer que muchos jóvenes recuerden con cariño la época en que vieron la primera temporada, unos recuerdos que yo también guardo. Esos días en los que era casi instintivo llegar del colegio y poner La 2 (si no me falla la memoria) justo después de comer, que en mi caso solía ser un desafío a la puntualidad ya que los capítulos terminaban unos diez minutos antes de empezar las clases. Esa fue la primera toma de contacto que tuvimos muchísimos niños con Digimon Adventure, la primera de varias series de televisión basadas en estos monstruos digitales.
La mayoría, aunque no todos, también disfrutamos con la segunda parte, Digimon Adventure 02, que gustó bastante pero no despertó tanto interés como para que la franquicia ganase muchos seguidores nuevos. 

Llegaron más series, pero aquellos niños que tanto habían disfrutado con la primera empezaron a perder el interés. Digimon se acabó convirtiendo en una serie de televisión para niños o chavales muy concretos. No alcanzó una gran fama en nuestro territorio y eso ha acabado provocando que, de forma justificada, muy pocos conozcan la complejidad que hay detrás de todas las obras de la franquicia.
Temas serios y adultos, referencias a diferentes religiones u homenajes a grandes obras de la literatura y el cine, que han permitido crear productos de gran calidad como pueden ser los videojuegos de Digimon o meter "cameos" en las series de los que muy pocos se percatan.
En cuanto uno se empieza a informar un poco puede quedar muy sorprendido y engancharse inevitablemente a todo este Universo, como me pasó a mí.



Seguramente la culpa la tengan la forma en que las series de televisión llegaron a nuestro país. Nombres muy cambiados para evitar las referencias a temas tabú, incongruencias argumentales o sagas que mostraban enemigos muy importantes sin explicar su origen. 
Sin duda, Digimon Adventure 02 (conocida simplemente como Digimon 02 por los españoles) es la que más peca de cometer esos errores, hasta el punto de que incluso nosotros, sin tener conocimientos de la franquicia, nos dimos cuenta de que argumentalmente era un fiasco de serie pese a gustar casi tanto como la primera. Nunca se explicó qué era ese Mar Oscuro al que unos desconocidos llevaron a Kari en un solo episodio (para ser su reina en nuestra versión, para procrear en la original), ni hay el más mínimo sentido en sacar a ciertos enemigos con muchísima historia para usarlos como distracción (Demon, que aquí conocemos como Daemon).

Nos mostraban a unos niños luchando junto a monstruitos digitales, pero no se nos contaba nada de historia y, si se hacía, se dejaban muchos huecos.
Ninguna persona que se limitara a ver las series llegaba a saber de los Caballeros Reales (aunque aparecieron algunas veces, pero nunca todos juntos ni cumpliendo apenas su verdadero papel), los Siete Grandes Señores Demonio (uno de los personajes más populares pertenece a esta organización, y muy pocos lo saben), la historia de los ángeles caídos o la verdad sobre la creación del Mundo Digital y su Dios. Referencias como la Leyenda del Rey Arturo, El Paraíso Perdido y otras grandes obras de la humanidad, como la propia Biblia, nunca fueron transmitidas en las adaptaciones televisivas, perdiendo así una gran oportunidad para crear algo educativo además de divertido. Quizá habría quedado muy adulto o complicado, pero no está de más empezar a dejar de lado lo de infravalorar las capacidades de los chavales emitiendo series de televisión simples (aunque claro, no hay series más simples que las que vemos los adultos, así que poco se puede hacer).



Ni siquiera eran buenas consigo mismas, enfocando tanto el protagonismo en uno o dos personajes que los demás quedaban en segundo plano. Tai y Matt molaban mucho con sus Digimon en nivel Mega (Hipercampeón o Cuerpo Supremo para nosotros), pero no vimos esos mismos avances en el resto de niños elegidos, aunque parece ser que la nueva serie de este año solucionará ese error.  
En realidad, Agumon no iba a evolucionar (sí, lo de "digievolucionar" se lo sacaron de la manga los traductores) a la línea Greymon, pero se hizo así para que en las películas pudiera fusionarse y crear a Omegamon, quien, por cierto, es el líder en funciones de los Caballeros Reales que sirven a Dios y se encargan de la seguridad del mundo. Aunque, y es algo que tampoco es de conocimiento popular, los Digimon no tienen una única linea de evolución (no son como Pokémon), sino que cada uno de ellos tiene la posibilidad de evolucionar a distintos seres. Un aspecto sin aprovechar en las series, pero un aumento de diversión y componente estratégico en los videojuegos.

En 02, Davis y Ken acapararon aún más protagonismo que sus predecesores, mientras el resto se quedaba con fusiones cutres (menudo insulto a Angemon eso de convertirlo en un muñeco de arcilla tan feo e inútil). Tamers, la tercera serie, lo hizo bastante mejor poniendo a todos los protas al mismo nivel, eliminando el concepto de rival y mostrando un poco más de la historia del Mundo Digital. No llegaron a decirnos que el Digimon principal era otro Caballero Real o que el popular Beelzemon (Beelzebumon sin la censura) era el Señor Demonio de la Gula, aunque claro, habría sido bastante más difícil crear alianzas entre ellos.
Digimon Frontier, que perdió muchos seguidores al meter a niños capaces de transformarse y sufrió una censura brutal en nuestro país, fue la que más se arriesgó con la historia del Digimundo sacando a los Tres Angeles, un par de Caballeros Reales y a Lucemon, un Ángel Caído basado en Lucifer que ostenta el puesto de Demonio de la Soberbia. Los amantes de temas bíblicos y satánicos pueden ver estas referencias fácilmente, pero el resto no.



Con la llegada de Savers/Data Squad eramos muy pocos los fans clásicos que aún veníamos de ver todas las anteriores. Era ya la quinta serie de Digimon y el paso del tiempo se notaba, sobretodo en nosotros, que estábamos creciendo y perdíamos el interés por la falta de motivación e información adicional sobre esta obra.
Reconozco que es la serie que he visto con menos ganas, aunque no negaré que destilaba bastante calidad pese a tener varios vacíos argumentales (nada comparado con los agujeros negros que tenía la historia de 02). Sus personajes humanos eran todos adolescentes y, por tanto, algo más maduros, aparecen nueve de los trece Caballeros Reales cumpliendo su papel canónico y el "malo" es, directamente, Dios.
Por desgracia, ni el tramo final ni los subidones de poder de los personajes estaron a la altura del resto de capítulos, pues un humano matando Digimon de gran poder con sus puños o un pequeño Agumon adquiriendo fuerza casi divina son características que ni las series más "infantiles" de la franquicia se habrían atrevido a hacer.

Mi preferida es Xros Wars (creo que aquí se llama Digimon Fusion, pero ha llegado tan tarde y se emite tan poco que es la única que no conozco fuera de la versión original), que es bastante fiel al último manga de la franquicia (o eso creo, porque fuera de Japón es imposible informarse con total seguridad) e incluso a las otras series durante el último arco argumental.
Saber que los Digimon ya no evolucionaban, sino que se "ensamblaban" me echaba muy para atrás, pero una vez me puse a verla y descubrí las razones de esta forma de evolucionar (explicadas, junto con otros muchos misterios, en un capítulo muy avanzado de la serie) me quedé encantado con el sistema. Una trama muy bien explicada (de nuevo pasan de muchas cosas de la mitología del Mundo Digital, pero eso no deja huecos en el argumento) y capítulos centrados en las batallas, no en las evoluciones. Xros Wars fue todo un avance y es la única serie que realmente parece pensada para un público juvenil y algo exigente.



Más allá de estas seis series (siete si contamos el último arco de Xros Wars como serie aparte, ya que es de relleno), los occidentales no hemos recibido apenas material de la franquicia, especialmente los españoles. Muy pocos juegos, teniendo aún presentes aquellas joyas de la primera Playstation, y casi ninguna película, incluida la ausencia de la mejor, X-Evolution. Y ya ni hablemos del juego de cartas (una de las principales fuentes de información) o el manga, que recibió una cancelación cuando apenas llevaba tres tomos en España. Por eso he dicho al principio que la falta de conocimientos está justificada por nuestra parte.
La situación podría cambiar, empezando por traer a nuestra región el último anime que se irá emitiendo a lo largo de este año, Digimon Adventure Tri, que muestra a los protagonistas originales de la primera serie viviendo una nueva aventura años después, con diseños más actuales y complejos y una trama que, por lo que se ha visto hasta ahora (cuatro episodios) es prometedora, aunque un poco lenta. También estamos a punto de recibir el videojuego Digimon Story: Cyber Sleuth, un título que cosechó muchísimo éxito hace un año en japón y que, de tener buenas ventas aquí, sin duda ayudaría a extender la influencia de la franquicia fuera de su país de origen.

En definitiva, la franquicia Digimon es mucho más interesante de lo que nos han hecho creer con las adaptaciones televisivas y la escasez de otros medios. Aquellos que disfrutaron en su momento de las series, o que las están disfrutando ahora, deberían saber que hay mucho más de lo que parece y que la cantidad de información a la que pueden acceder gracias a internet y los videojuegos es inmensa.
La nostalgia nos hace ver Digimon como poco más que una serie infantil, porque es lo que hemos vivido en persona, pero debería valorarse igual que cualquier otro manganime junto con sus juegos. La poca distribución fuera de Japón, especialmente en España (somos uno de los países europeos que peor lo lleva en este sentido, también con muchas otras franquicias) ha creado muchos malentendidos, pero está por ver si al fin remontaremos en este sentido.
Puede parecer un poco tarde, pero el tiempo es secundario cuando algo merece la pena.


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