domingo, 24 de julio de 2016

Manga: El futuro de Fairy Tail


Nunca me arrepiento de adquirir cada nuevo tomo que sale para las series de manga que llevo siguiendo desde hace años, valoro mucho cada una de ellas y han sido escogidas por razones de suficiente peso como para no dejar de gustarme nunca. Sin embargo, con Fairy Tail he tenido algunos momentos de duda, llegando a retrasar la adquisición de un par de números al no estar seguro de si merecía la pena seguir llevándola al día. Algunos arcos argumentales poco consistentes y la sensación de que el autor deja cosas a medias pensando en la adaptación televisiva me quitaban un poco la ilusión por este manga juvenil que tan buenas intenciones tenía en sus comienzos.
Incluso se me pasó por la cabeza el no seguir adquiriendo los tomos y dejar la serie a medias. Fue un pensamiento bastante fugaz y no muy racional, pero sin duda preocupante en alguien tan obsesivo con tener las series completas como soy yo. Por suerte, seguí adquiriendo las novedades de Fairy Tail,
aunque con algo de retraso, y el último tomo me ha sorprendido gratamente con la conclusión de un arco bastante bueno y el comienzo de otro con un potencial descomunal. He pasado de querer dejar un poco de lado la serie a no poder contener las ganas de que salga el próximo número.

Creo que el Arco de Tártaros ha sido de lo mejorcito que ha hecho Hiro Mashima desde que creó este manga, acercándose por fin a esa pedazo de obra con la que nos obsequió hace ya más de diez años llamada Rave. Por fin vemos un mínimo de sentido, o al menos un trato más adulto, en esa manía de sexualizar y exhibir a los personajes femeninos que tiene el autor, también se nota cierta evolución y madurez en la manera de abordar los sentimientos de cada personaje dejando un poco más de lado tantas indirectas infantiles cuando todos sabemos qué personajes están colados por otros.
Parece que se quedan atrás esas sagas terriblemente construidas como el Gran Torneo de la Magia, la subtrama (que yo llamaría directamente relleno) del Pueblo del Sol o el hecho de que Jeral empezaba a parecer alguien totalmente prescindible.
(Atención: A partir de este punto se dan importantes spoilers de los últimos hechos acaecidos en el manga, llegando hasta el volumen 49)


Empecé a perder la fe en Fairy Tail tras El Gran Torneo de la Magia, un arco argumental tratado de relevante y trascendental cuando era una mera presentación de otros gremios, la aparición de algún personaje interesante a largo plazo (los Dragones Gemelos, Minerva y, posiblemente, Chelia y Kagura) y una nueva repetición de que los buenos siempre son los mejores. Aunque esto último quedó un poco raro cuando trataron el tema del Second Origin y no se dieron cuenta (o eso creo) de que duplicar el poder de unos pocos personajes quedaba bastante mal si todos los demás eran igual de fuertes sin pasar por el mismo proceso. 
Algunas peleas eran geniales y otras eran horribles, siendo las primeras aquellas en las que participaban personajes casi secundarios y las segundas las de los protagonistas principales, es decir, que Natsu, Lucy o Gray quedaron bastante mal retratados en el Torneo mientras que Crujsy, Laksas y Elfman ganaron un extra de popularidad. 
Erza protagonizó una de las peleas más injustas en cuanto al trato que recibimos los lectores, ya que el manga nos mostró dos simples páginas con su victoria mientras que el anime dedicó un capitulo entero a explicar la larga y espectacular batalla que se vivió durante la prueba del Pandemonium. Y nada que decir sobre el Rogue Futuro, un fallo tremendo incluirlo tan de golpe en una saga tan floja para luego eliminarlo de un plumazo (una batalla que, de nuevo, era mil veces mejor en el anime).

La breve saga del Pueblo del Sol no ayudó a mejorar la situación. Era relleno puro para presentar ligeramente al Gremio Oscuro Tártaros y darle algo de protagonismo a Minerva, pero algo así no podía saberse con totalidad en ese momento, así que todo consistía en tragarse una historia con un personaje muy prescindible, unos malos bastante pobres y unos breves vistazos a supuestos futuros enemigos. Ya no veía Fairy Tail con los mismos ojos, ni siquiera el comienzo del Arco de Tártaros, que tanto se había hecho de rogar, me resultó interesante.
Decidí darle una última oportunidad a la serie, dejándola en la cuerda floja de la lista de mis adquisiciones titulares y resultó que, para mi sorpresa, volví a creer en Fairy Tail. El desarrollo de Tártaros fue muchisimo más lejos de lo que su introducción daba a entender, hubo una enorme evolución en prácticamente todos los aspectos del manga y su autor logró, después de tanto tiempo, convertir sus obsesiones y fetiches en una marca personal y no en algo parecido al fanservice.


El Consejo asesinado, varios miembros de Fairy Tail secuestrados y el hogar del Gremio volado por los aires, todo ello por culpa de unos villanos que se presentan como auténticos demonios y pretenden eliminar toda la magia normal del continente para que solo funcionen sus maleficios. Era un argumento con tantas posibilidades de "seriedad" que hasta me daba miedo ver en qué acabaría convirtiéndose si metían la sexualización de las mujeres, los discursos optimistas de Natsu o los gags recurrentes de los "extras", pero todas esas cosas se aplicaron correctamente, especialmente el tema de exhibir a los personajes femeninos.
Ya cansaba tanto desnudo gratuito y salidorro, pero en el Arco de Tártaros todo eso deja de ser (en parte) sexualización barata y fanservice para convertirse en una expresión mucho más correcta de los giros argumentales de ese momento. Erza es despojada de su ropa, atada y torturada con la mayor crueldad (se insinúa un par de veces que llegan a hacer algo más que golpearla y cortarla), Lisanna y Natsu son encerrados desnudos en una celda que les impide usar magia y tanto Mirajane como Lucy acaban ligeras de ropa porque la situación es tan desesperada que un descosido en el ombligo no va a quedar surrealista. Se ven menos como mujeres sexualizadas y más como personajes importantes en verdadero peligro. Incluso se comen las viñetas mucho mejor que los protagonistas masculinos, ya que tenemos la autosuperación de Erza al derrotar a Kyouka, el despertar de la Dragon Force de Wendy (uno de mis momentos preferidos), la emotiva pérdida que sufre Lucy o la historia familiar de Mirajane.

Sobre la actitud de Natsu, esta vez es bastante menos infantil y mucho más justificada, sobretodo cuando su padre adoptivo Igneel regresa tras tantos años para ayudar en la batalla, llegando a morir en ella y haciendo ver que el alegre prota de Fairy Tail también puede derrumbarse y llorar con sinceridad.
Y, hablando de los dragones y sus hijos adoptivos, creo que es la primera vez que se aprovecha tanto el papel de los Dragon Slayers y se confirma al fin que serán determinantes en lo que sea que suceda en la recta final del manga. Natsu lo da todo contra el líder enemigo, Sting y Rogue aparecen de pronto y dan una batalla espectacular marcándose un momentazo digno de esos secundarios que amenazan con pasar a ser protagonistas,  Wendy no se queda atrás pese a ser una niña y destroza sola a un miembro de la élite de Tártaros, Laksas acaba medio muerto por intentar salvar a un montón de gente (algo que solo logra a medias, siendo un verdadero choque para el lector) y Crujsy empieza a ser el nuevo Vegeta con todas las de la ley. Ah, y no me olvido de Cobra, que sale un par de veces explicando cosas de la trama.
Aparte de los magos matadragones, también ganan muchos puntos Gray (con su conversión en Devil Slayer), Elfman (que en una sola viñeta y con un solo golpe queda como un campeón) y Lluvia (ahondando mucho más en su amor por Gray y "salvando" a su padre). Evolución y participación de personajes sobresaliente.


Si empiezo a hablar de forma más detallada de las mejores batallas no acabo nunca, ya que todas son geniales (a diferencia de lo que pasaba en las sagas anteriores). Seguramente me quede con la de Crujsy contra Torafusa, ya que el primero muestra un avance enorme en poder y en carisma a la vez que se da confirmación oficial de que habrá algo entre él y Revy (¡Ya era hora!).
Me extraña que a Mashima le cueste tanto mostrar relaciones sentimentales entre los personajes de Fairy Tail cuando no se cortaba un pelo en hacerlo con los de su obra anterior, Rave. Todos sabemos los amoríos a medio cuajar que hay en la serie, no hace falta que nos los pongan de forma vaga e indirecta. Al menos en el Arco de Tártaros se han mostrado un poco más concretamente estas relaciones (excepto la de Lucy y Natsu) con Revy haciendo una respiración boca a boca innecesaria a Crujsy, el cual se enfurece al ver que el enemigo quiere hacerla daño, y esa bonita escena de Gray llorando sobre el pecho de Lluvia alternando palabras de agradecimiento con otras de disculpa.
La de Jeral y Erza se ha dejado estancada, pero a cambio han recuperado bastante bien al personaje de Jeral y nos han dicho claramente que será uno de los más importantes del manga en un futuro próximo. El hecho de que haya reclutado a Oración Seis (uno de mis grupos de villanos preferidos) en su lucha contra el mal desde el anonimato me deja expectante.

Ahora bien, ¿Qué es lo que le espera a Fairy Tail?. La verdad es que no tengo ni la menor idea, pero tampoco voy a spoilearme con los capítulos que ya hay en Japón, ya que como buen comprador de las publicaciones españolas leo cada cosa cuando me toca.
Lo que ha pasado a mitad del volumen 49, justo tras terminar el Arco de Tártaros, me hace pensar en algo genial que pondrá a la obra en una posición de altura. El gremio se ha disuelto, ha pasado un año (un salto temporal perfectamente aplicado), Natsu y Lucy ahora son mucho más poderosos y han comenzado la búsqueda de sus antiguos compañeros (espero con emoción cambios de diseño y nuevos looks) y nuevas amenazas acechan desde las sombras.
Así es como se cuela un salto temporal (y no ese destrozo que metieron en Naruto), así es como se empieza una nueva etapa y se dice a los lectores que sigan ahí, porque esto va a ir cada vez mejor. Así es como se da esperanza y se hace creer que merece la pena dar segundas oportunidades a una obra de este tipo, porque puede sorprenderte y recompensarte.
Espero con ganas los nuevos tomos de Fairy Tail y estoy deseando confirmar todo lo que me han dado a entender en apenas tres capítulos. Que empieza lo bueno.

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