martes, 31 de enero de 2017

[Análisis] Digimon World: Next Order (2017)


Para muchos aficionados al mundo de los videojuegos el año 2017 significa recibir juegos muy famosos por su exclusividad, esperar anuncios de sagas importantes e incluso la llegada de nuevas consolas. Para mí, sin embargo, este nuevo año era importante por el estreno de un título que me lleva interesando desde hace mucho tiempo y cuya confirmación para nuestro continente me hizo olvidarme de cualquier otro videojuego. Yo formé parte de ese grupo de niños que disfrutaron enormemente con el Digimon World de la primera PlayStation hace casi dieciséis años, hasta el punto de que el avance tecnológico y el desarrollo de muchísimos juegos nuevos no lograba evitar mi deseo de ver otra vez un título con esa temática y jugabilidad. La exigente crianza de tu propio monstruo digital, el desarrollo de la ciudad principal y una trama que, al no tener nada que ver con el anime (pues el juego está basado en los productos originales de Digimon) proporcionaba la perspectiva adecuada sobre el Digimundo. Lo más curioso de aquel juego es que nadie que lo haya jugado ha sido capaz de olvidarlo, ya fuese en el buen sentido (jugadores que disfrutábamos muchisimo con la crianza, el reclutamiento y la dificultad) o en el malo ("ese en el que el monstruo se hacía caca"). Posiblemente el único mal recuerdo que tengo es que en nuestro territorio era imposible finalizar la historia debido a ciertos fallos que muchos desconocíamos como tales y pensábamos que simplemente nos faltaba algo por hacer.

Ahora, tantísimos años después, por fin podemos disfrutar de una secuela de aquel videojuego inolvidable: Digimon World: Next Order.

martes, 3 de enero de 2017

Secret Wars Integral (1984)


Aunque he sido fan del cómic americano desde niño nunca le he prestado la debida atención, al menos si obviamos mis dos etapas de coleccionables de Planeta sobre Spiderman, algún volumen especial de otros personajes, números sueltos de Spawn y tres o cuatro Team Up. El descubrimiento del manga en mi adolescencia rompió casi todos los vínculos con los superhéroes de Marvel y DC al tener a Naruto, Bleach o One Piece acaparando toda mi atención, viendo además muchas más facilidades en la compra del producto japonés que en el americano (no soy fan de nada que no sea recopilatorio y mucho menos del formato grapa). Me gusta tener todo numerado o recopilado, sin desorden, sin saltos y sin ausencias muy destacables, así que tardé en darme cuenta de que la solución a mi "abandono" del cómic americano estaba en los volúmenes recopilatorios de crossovers o etapas principales de cada obra. Tras esperar un tiempo para terminar algunas publicaciones manga decidí informarme bien y hacer una lista con una buena parte de Marvel y algunas cosas de DC.
Sin embargo, tenía una espinita clavada desde hacía más de diez años y que tenía prioridad antes que ninguna otra saga comiquera: Las primeras Secret Wars y, más en concreto, el recopilatorio de Panini con todos y cada uno de los números que conformaron este gran evento marvelita.