sábado, 24 de octubre de 2015

Cine: Robocop (2014)


Estas críticas están basadas en una opìnión personal y no pretenden servir a ningún otro propósito más que expresar un punto de vista. Se dan detalles del argumento, por lo que leerlo es responsabilidad de cada uno.

Llevo tiempo sin encontrar una película decente dentro del mundillo más popular y conocido del cine (no voy a meter en el mismo saco a películas que son mejores precisamente por no ser para todo el mundo ni querer ganar fama barata). He llegado al punto de quedarme dormido en mitad de muchas "superproducciones", siendo la última vez durante La Era de Ultrón, película tan mala que no comprendo como nadie ha ido a la cárcel por ella.
Después de eso, se me han quitado las ganas por ver películas más allá de alguna Live Action como Kenshin o las clásicas de hace años, pero ayer emitieron la nueva de Robocop y, como no tenia nada mejor que hacer, decidí verla.

Estaba tan aburrido que no fui consciente del error que había cometido hasta pasados quince o veinte minutos de película, pero me obligué a tragármela enterita para intentar comprender cómo alguien puede gastar (y ganar) dinero riéndose de la industria del cine, del arte y del público en general.
Debido al tiempo que ha pasado desde que vi las antiguas entregas de Robocop, voy a hablar de esta película de forma independiente y sin tener en cuenta su nombre. Por suerte para ella.



Estamos en el año 2028, en un momento curioso donde existen robots de increíble tecnología y prótesis para quienes han perdido algún miembro, pero la gente sigue vistiendo como en los noventa, los vehículos no han mejorado en absoluto y los policías siguen actuando como en Corrupción en Miami. Todo empieza con un Samuel L. Jackson en el papel de "presentador" de televisión (parece que en el futuro no hay mucha variedad de programación), mostrando todo el tema de los droides y robots de las zonas de guerra, defender a los sagrados Estados Unidos de América y todo ese rollo de manual. 
Básicamente, lo único importante es que los robots no tienen sentimientos, algo que se presenta de forma lamentable, con uno de ellos disparando a un niño iraní que llevaba un cuchillo, como si un soldado humano hubiese actuado como un santo en esa situación (el trasfondo y la situación en la zona de guerra ni se explica ni vuelve a tratarse), y el dueño de la empresa que los fabrica quiere que la sociedad acepte a esas maquinas para así poder ponerlas en la calle con los civiles. Su única esperanza es encontrar a un paciente con prótesis que haga publicidad de que las máquinas son buenas.

Mientras, el detective de policía Alex Murphy investiga a un traficante de armas que parece tener comprado a alguien del departamento. Sus pesquisas obligan al traficante a poner una bomba en su coche, destrozando su cuerpo y dejando al pobre hombre al borde de la muerte. Como giro imprevisible y sorprenderte (véase la ironía), Alex recibe un tratamiento experimental que lo transforma en un ser mitad robot y mitad humano (bueno, los porcentajes no son tan exactos), convirtiéndose así en Robocop, la nueva imagen de la empresa que desarrolla los robots y las prótesis.
Todo esto sucede en apenas veinte minutos de película, así que la implicación del espectador con la trama es bastante escasa.


La siguiente hora y media de película es una mezcla de escenas y géneros que no he logrado descifrar por completo, ya que el director intenta abarcar tantas cosas que se queda a medias en todas.
Los sentimientos y reacciones de Murphy son humanos, por lo que no es tan eficaz ni letal como un robot, así que los doctores que se encargan de su "mantenimiento" realizan ciertos cambios en su cerebro para que la máquina domine al hombre (pero....¿No se supone que la idea inicial era hacer todo lo contrario?). Primero de forma más leve, no pudiendo evitar que el prota ejecute su venganza contra el traficante de armas, y, casi al final de la película, haciendo que pierda completamente el control sobre su cerebro.
La personalidad de Robocop cambia y empieza a convertirse en un ser sin sentimientos, pero vamos, que tampoco hace falta ser un experto en cine para prever que su humanidad acabará siendo superior a los chips y cables que tienen atravesado su cerebro.

No hay crítica social, no hay reflexión sobre el transhumanismo y no hay luchas internas claras en el protagonista (aunque sí en un secundario). Por haber, no hay ni escenas de acción realmente destacables con buena coreografía.
Es como sí los encargados de la película fuesen conscientes de lo predecible que son esas situaciones a día de hoy y, en vez de intentar mejorarlas, se van al extremo contrario y deciden no trabajar ningún aspecto.


Lo más criticable de la película es la ausencia de complejidad en todos su personajes. Son muy planos y ninguno tiene una historia detrás o algún detalle que interese, especialmente el protagonista.
El detective Alex Murphy no sabe más que poner cara de pena o de impasible, sin buenos diálogos, sin intentar crear algún vinculo con el espectador ni nada parecido. Ignoro si se debe al actor o al personaje, pero parece que se pasa la película intentando enmascarar una indiferencia absoluta sin ningún éxito. El resto de personajes son parecidos, hasta el malo nos importa un bledo y tiene un diseño vacío (y es Michael Keaton, no un actor cualquiera). 
El único que se salva un poco es el doctor que asiste a Robocop, interpretado por el gran Gary Oldman, que se debate entre su trabajo y su moral. Podríamos decir que con un par de escenas más el protagonista habría sido él.
Y del papel de Samuel L. Jackson prefiero limitarme a decir que "lamentable" es un adjetivo que se queda corto.

Una película bastante mala, en mi opinión. Pero estamos ya en un punto en el que deberíamos ser más exigentes como espectadores y no consentir que se hagan estas cosas tan poco trabajadas y plagadas de tópicos (aunque Robocop no se curra ni lo que ya le dan hecho).
A ver si nos damos cuenta de que "entretenimiento" no es un concepto tan simple y de que esta gente se gana la vida con nuestro conformismo.

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