Todo empezó con la pentalogía del cruel y orgulloso Malus Darkblade, le siguieron otros como la trilogía de los Von Carstein, las aventuras de mi muy querido Brunner o esa gran narración sobre Los Corazones Negros. Sagas o novelas sueltas que me dejaron gratamente sorprendido y me engancharon como pocas antes.
Sin duda alguna, las historias inspiradas en el mundo de fantasía en el que se desarrolla el juego de rol Warhammer son excelentes y sumamente adictivas, ayudándome a soportar las largas noches de insomnio y muchos días de tedio.
Conocer el mundo del que han surgido estas historias solo es necesario para entender algunas referencias o menciones en las novelas, ya que todas ellas tienen una historia propia y original que poco tiene que ver con el juego Warhammer.
La narración es sublime, con una caracterización de personajes única y siguiendo un estilo que ya considero obligatorio para que una novela sea de mi interés: Contar la historia desde todos los puntos de vista.
Llevo aferrado a la lectura más de la mitad de mi vida y he leído muchísimos libros, pero puedo asegurar que los inspirados en Warhammer forman parte de mis preferidos.
Recientemente he terminado Los Guardianes del Bosque, una lectura que sufre de algunos bajones pero que cuando quiere, enamora.
El agonizante fuego del otoño
Entre la capital del poderoso Imperio y las tierras de los mercenarios se encuentra Bretonia, un reino conocido en todo el mundo por sus caballeros, honorables guerreros con un código moral muy estricto y cuya meta en la vida es beber del Santo Grial.
Por desgracia, el hogar de los bretones también es conocido por la pobreza de sus campesinos y los continuos ataques procedentes de las fuerzas del Caos, que convierten la vida de los caballeros en una lucha infinita.
A todo esto se suma que Bretonia es un reino situado en la linde del bosque de los elfos silvanos, Athel Loren, un oscuro y misterioso lugar del que nadie a vuelto vivo y del cual, cada año, salen horribles criaturas para sembrar el caos en las tierras de los humildes campesinos.
Los Guardianes del Bosque nos situa a finales de otoño de un año no especificado (un dato que pasaremos por alto al principio..), Leofric Carrac, un caballero del reino y señor de uno de los nobles castillos de Quenelles, avanza acompañado de su amada mujer Helena y una pequeña escolta de hombres hacía la piedra sagrada que marca la frontera entre el bosque y el reino.
Aunque no se lo toma muy en serio, Leofric es fiel a la tradición de rezar ante el gran monolito para evitar la furia del maligno Rey del Bosque, un supuesto ente responsable de la Cacería Salvaje que amenaza cada año el reino de Bretonia.
De forma terroríficamente rápida tanto para los personajes como para el lector, Leofric sufre el ataque de las criaturas del bosque y observa impotente la muerte de sus fieles guerreros y de su queridísima Helena.
Creyéndose muerto, el caballero es rescatado por quien menos cabria esperar, los elfos del bosque.
Es en ese momento cuando el caballero Leofric Carrac se ve obligado a aliarse con los que consideraba sus enemigos para hacer frente a la inminente devastación predicha por una antigua vidente en la cual tanto Athel Loren como las tierras de Bretonia serán arrasadas por los poderes del Caos....y por el Rey del Bosque.
La gris desesperación del invierno
Los Guardianes del Bosque tiene un desarrollo sumamente lento pero muy interesante en el que se nos van presentando los diferentes personajes que acompañarán (o se enfrentarán) a Leofric así como vagas insinuaciones al papel que el destino le depara al bretón.
Sin duda lo más destacable es el elfo Kyarno, que prácticamente comparte protagonismo con Leofric, un joven (entre los elfos, claro) rebelde con un pasado muy doloroso y que tiene una relación con la hija del líder de esa parte del bosque.
También están Cairbre, el tío de Kyarno y guardián del bosque, Naieth, la vidente responsable de que Leofric esté en tierras ajenas y mi preferido, el bailarín guerrero Cu Shit.
Se incluyen otros como el "malo" de la novela o un desconocido señor de Bretonia encargado de defender sus tierras, ambos mostrados en capítulos cortos hasta el punto álgido de la historia.
En mi opinión, lo mejor de Los Guardianes del Bosque es claramente el final, cuando se libra la batalla decisiva (desenlace de manual para todo libro de fantasía) y se descubre por fin cual es el destino de Leofric.
Debo decir que más o menos a la mitad del libro tuve la intuición de que rumbo tomaría ese final, pero ni por asomo imaginaba que sería tan sorprendente y estaría enfocado de una manera tan original.
Es una novela que puede tener bajones o ciertos puntos algo pobres en cuanto a argumento, pero es leer los últimos capítulos y quedarte, literalmente, con la boca abierta.
Una recomendación clara para una lectura de fantasía que se sale un poco de la norma.
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