Son grandes, son fuertes y tienen el increíble don de sacar de sus casillas a cualquiera, pero una vez te impones a ellos te das cuenta de que has participado en una de las batallas más épicas de la historia de los videojuegos.
Son los Bosses o Jefes finales que se interponen en el camino de nuestro no muerto elegido en su afán por salvar Lordran de la Era Oscura, son los grandes protagonistas de Dark Souls y, en más de un sentido, los que dan nombre al juego.
De los 27 Jefes de este gran juego he escogido los que más me ha gustado por trasfondo, diseño y por lo épico de sus peleas.
5- Queelag la Bruja del Caos
La poderosa Bruja de Izalith y sus hijas tuvieron un papel crucial en la guerra contra los dragones inmortales gracias a sus columnas de fuego abrasador, cuando todo acabó, la Bruja se propuso recrear la Primera Llama y así obtener aún más poder, pero el experimento fracasó y la corrupción devoró su alma. El caos que esto provocó convirtió Izalith en un pozo de corrupción y horribles mutaciones que amenazaron incluso a los hijos de la Bruja. El más joven se convirtió en el agónico y peligroso demonio Descarga Incesante mientras que sus hijas escaparon a duras penas con mutaciones "menores".
Queelag y su hermana gemela vieron como la mitad inferior de sus cuerpos se transformaba en horribles insectos demoniacos, lo que trastornó por completo a Queelag y la hizo tomar como guarida la torre que comunicaba Ciudad Infestada con las ruinas de su antiguo hogar.
Matarla es inevitable si queremos seguir avanzando en nuestra misión y luchar contra ella tiene una dificultad considerable debido a sus potentes ataques de fuego y a lo pequeña que es la zona de combate.
La clave es fijarse siempre su parte humana y los gestos que realiza, ya que su parte inferior es independiente y Queelag debe darla instrucciones en todo momento.
4-Sif, el Gran Lobo Gris
Resulta sorprendente que en un juego como Dark Souls hayan un enemigo al que cueste derrotar más por la pena que inspira que por su dificultad.
Cuando no era más que un cachorro, Sif acompañó a su amigo y compañero de batallas Artorias en su peligrosa misión de impedir la expansión del Abismo. Por desgracia, el creciente poder oscuro de aquel lugar era demasiado para ellos y las probabilidades de supervivencia resultaron ser nulas.
En una innegable muestra de amor y compañerismo, Artorias se sacrificó luchando contra todas las fuerzas maléficas del Abismo para proteger a su fiel amigo y darle tiempo de volver a casa.
Durante nuestra búsqueda de las Almas de los Señores nos adentramos en el Jardín Tenebroso en busca de la tumba de Artorias, ya que la leyenda cuenta que poseía un anillo que le permitía caminar por el Abismo, sin saber que ese lugar ha tenido un guardián desde hace muchos años. Sif, ahora mucho más grande y fuerte, nos desafiará a un combate para probar si somos dignos del anillo de su amigo.
Aunque no es excesivamente difícil acabar con el lobo resulta bastante duro tener que hacerlo, un sentimiento mutuo si hemos conocido al Sif cachorro (durante la expansión Artorias del Abismo).
3-Gwyn, Señor de la Ceniza
Gwyn, antaño Señor de la Luz del Sol y el más poderoso de los Señores que acabaron con el dominio de los dragones e instauraron la Edad del Fuego. Gracias al poder de sus rayos y el apoyo de sus caballeros reales se convirtió rápidamente en el soberano de Lordran. Tras el terrible resultado de los experimentos realizados por la Bruja de Izalith en la Primera Llama y dominado por el temor a la inminente Era de la Oscuridad, Gwyn se estableció en el Horno de la Llama Original para avivar el fuego.
Sus esfuerzos resultaron en vano, y ni sacrificando a sus propios caballeros logró evitar que las llamas se convirtiesen en cenizas y naciese la Maldición de los No Muertos.
El Señor de la Ceniza resulta ser el último Boss de Dark Souls, ya que nuestro objetivo final es acceder al Horno de la Llama Original y decidir el destino de Lordran. Enloquecido tras sus muchos errores y la pérdida de sus poderes, Gwyn nos ofrece un duelo a espada digno del último de una larga lista de complicados Jefes.
Sin duda es uno de los encuentros más divertidos gracias a la rapidez de movimiento del Señor de la Ceniza y la variedad de combos que es capaz de realizar con su espada de fuego.
Si hemos seguido la historia del Caballero de Luz Solaire correctamente recibiremos su inestimable ayuda durante este combate.
2-Matadragones Ornstein y Ejecutor Smough
Para la mayoría de jugadores que han sufrido la experiencia Dark Souls, estos dos guerreros que protegen a las Princesas de Anor Londo son los que más exasperación producen debido a su altísima dificultad.
Ornstein es el honorable capitán de los cuatro principales caballeros de Gwyn y es conocido como el Matadragones gracias a su excepcional manejo de la lanza, Smough es el verdugo real y ha sido rechazado como caballero en numerosas ocasiones debido a su crueldad y costumbres salvajes.
Juntos, son una pareja mortal que saben combinar a la perfección sus habilidades para exterminar a cualquier intruso que amenace la seguridad de las hijas de Gwyn, y acabar con uno de ellos para hacer más fácil el combate no tiene el resultado esperado.
Smough es grande y fuerte, persiguiéndonos continuamente para aplastarnos con su martillo y Ornstein es rapidísimo y preciso con su lanza. Lo peor de todo es que al matar a uno de ellos, el otro absorberá todo su poder y se recuperará completamente, dando lugar a una nueva y más complicada batalla.
Si Ornstein muere, Smough aplastará su cuerpo con el martillo (demostrando así que le guarda rencor por no tener rango de caballero) y podrá atacarnos con rayos y ondas expansivas. El Boss se vuelve mucho más difícil si es el Matadragones quien sobrevive a su compañero, sumando a su rapidez la fuerza y tamaño del Ejecutor.
Una de las claves para ganar reside en el amigo Solaire, al que podremos pedir ayuda contra este "duo nefasto".
1-Caballero Artorias, el Caminante del Abismo
Dark Souls alcanzó tal éxito que los desarrolladores decidieron sacar una expansión que narrase la historia del legendario caballero que viajó al Abismo para impedir su expansión: Artorias, el único de los cuatro caballeros de Gwyn capaz de caminar por ese lugar corrupto gracias al pacto que realizó con sus criaturas en su afán por destruir la ciudad maldita de Nuevo Londo.
Pese a su famosa voluntad de hierro y su insuperable dominio de la espada, Artorias no pudo hacer nada ante el poder del Abismo y su alma quedó allí encerrada mientras ayudaba a escapar a Sif, su fiel compañero. Las historias cuentan que cayó con honor y un héroe desconocido heredó su cometido salvando al mundo, un héroe cuya identidad conocemos al viajar al pasado: nuestro personaje.
Su cuerpo corrupto nos desafía en el Coliseo de Oolacile y es, en mi opinión, el mejor de los Bosses no de Dark Souls, sino de toda la saga. Incluso con su voluntad doblegada por la oscuridad y un brazo destrozado (por proteger a Sif), Artorias es un rival formidable y muy difícil de batir. rápido (seguramente el personaje más rápido de todo el juego) y capaz de maniobras imposibles con su enorme espadón maldito.
Nuestro objetivo será liberarle de su sufrimiento y continuar su peligrosa y heroica misión derrotando al Padre del Abismo y causante de todos los males, Manus.
Son los Bosses o Jefes finales que se interponen en el camino de nuestro no muerto elegido en su afán por salvar Lordran de la Era Oscura, son los grandes protagonistas de Dark Souls y, en más de un sentido, los que dan nombre al juego.
De los 27 Jefes de este gran juego he escogido los que más me ha gustado por trasfondo, diseño y por lo épico de sus peleas.
5- Queelag la Bruja del Caos
La poderosa Bruja de Izalith y sus hijas tuvieron un papel crucial en la guerra contra los dragones inmortales gracias a sus columnas de fuego abrasador, cuando todo acabó, la Bruja se propuso recrear la Primera Llama y así obtener aún más poder, pero el experimento fracasó y la corrupción devoró su alma. El caos que esto provocó convirtió Izalith en un pozo de corrupción y horribles mutaciones que amenazaron incluso a los hijos de la Bruja. El más joven se convirtió en el agónico y peligroso demonio Descarga Incesante mientras que sus hijas escaparon a duras penas con mutaciones "menores".
Queelag y su hermana gemela vieron como la mitad inferior de sus cuerpos se transformaba en horribles insectos demoniacos, lo que trastornó por completo a Queelag y la hizo tomar como guarida la torre que comunicaba Ciudad Infestada con las ruinas de su antiguo hogar.
Matarla es inevitable si queremos seguir avanzando en nuestra misión y luchar contra ella tiene una dificultad considerable debido a sus potentes ataques de fuego y a lo pequeña que es la zona de combate.
La clave es fijarse siempre su parte humana y los gestos que realiza, ya que su parte inferior es independiente y Queelag debe darla instrucciones en todo momento.
4-Sif, el Gran Lobo Gris
Resulta sorprendente que en un juego como Dark Souls hayan un enemigo al que cueste derrotar más por la pena que inspira que por su dificultad.
Cuando no era más que un cachorro, Sif acompañó a su amigo y compañero de batallas Artorias en su peligrosa misión de impedir la expansión del Abismo. Por desgracia, el creciente poder oscuro de aquel lugar era demasiado para ellos y las probabilidades de supervivencia resultaron ser nulas.
En una innegable muestra de amor y compañerismo, Artorias se sacrificó luchando contra todas las fuerzas maléficas del Abismo para proteger a su fiel amigo y darle tiempo de volver a casa.
Durante nuestra búsqueda de las Almas de los Señores nos adentramos en el Jardín Tenebroso en busca de la tumba de Artorias, ya que la leyenda cuenta que poseía un anillo que le permitía caminar por el Abismo, sin saber que ese lugar ha tenido un guardián desde hace muchos años. Sif, ahora mucho más grande y fuerte, nos desafiará a un combate para probar si somos dignos del anillo de su amigo.
Aunque no es excesivamente difícil acabar con el lobo resulta bastante duro tener que hacerlo, un sentimiento mutuo si hemos conocido al Sif cachorro (durante la expansión Artorias del Abismo).
3-Gwyn, Señor de la Ceniza
Gwyn, antaño Señor de la Luz del Sol y el más poderoso de los Señores que acabaron con el dominio de los dragones e instauraron la Edad del Fuego. Gracias al poder de sus rayos y el apoyo de sus caballeros reales se convirtió rápidamente en el soberano de Lordran. Tras el terrible resultado de los experimentos realizados por la Bruja de Izalith en la Primera Llama y dominado por el temor a la inminente Era de la Oscuridad, Gwyn se estableció en el Horno de la Llama Original para avivar el fuego.
Sus esfuerzos resultaron en vano, y ni sacrificando a sus propios caballeros logró evitar que las llamas se convirtiesen en cenizas y naciese la Maldición de los No Muertos.
El Señor de la Ceniza resulta ser el último Boss de Dark Souls, ya que nuestro objetivo final es acceder al Horno de la Llama Original y decidir el destino de Lordran. Enloquecido tras sus muchos errores y la pérdida de sus poderes, Gwyn nos ofrece un duelo a espada digno del último de una larga lista de complicados Jefes.
Sin duda es uno de los encuentros más divertidos gracias a la rapidez de movimiento del Señor de la Ceniza y la variedad de combos que es capaz de realizar con su espada de fuego.
Si hemos seguido la historia del Caballero de Luz Solaire correctamente recibiremos su inestimable ayuda durante este combate.
2-Matadragones Ornstein y Ejecutor Smough
Para la mayoría de jugadores que han sufrido la experiencia Dark Souls, estos dos guerreros que protegen a las Princesas de Anor Londo son los que más exasperación producen debido a su altísima dificultad.
Ornstein es el honorable capitán de los cuatro principales caballeros de Gwyn y es conocido como el Matadragones gracias a su excepcional manejo de la lanza, Smough es el verdugo real y ha sido rechazado como caballero en numerosas ocasiones debido a su crueldad y costumbres salvajes.
Juntos, son una pareja mortal que saben combinar a la perfección sus habilidades para exterminar a cualquier intruso que amenace la seguridad de las hijas de Gwyn, y acabar con uno de ellos para hacer más fácil el combate no tiene el resultado esperado.
Smough es grande y fuerte, persiguiéndonos continuamente para aplastarnos con su martillo y Ornstein es rapidísimo y preciso con su lanza. Lo peor de todo es que al matar a uno de ellos, el otro absorberá todo su poder y se recuperará completamente, dando lugar a una nueva y más complicada batalla.
Si Ornstein muere, Smough aplastará su cuerpo con el martillo (demostrando así que le guarda rencor por no tener rango de caballero) y podrá atacarnos con rayos y ondas expansivas. El Boss se vuelve mucho más difícil si es el Matadragones quien sobrevive a su compañero, sumando a su rapidez la fuerza y tamaño del Ejecutor.
Una de las claves para ganar reside en el amigo Solaire, al que podremos pedir ayuda contra este "duo nefasto".
1-Caballero Artorias, el Caminante del Abismo
Dark Souls alcanzó tal éxito que los desarrolladores decidieron sacar una expansión que narrase la historia del legendario caballero que viajó al Abismo para impedir su expansión: Artorias, el único de los cuatro caballeros de Gwyn capaz de caminar por ese lugar corrupto gracias al pacto que realizó con sus criaturas en su afán por destruir la ciudad maldita de Nuevo Londo.
Pese a su famosa voluntad de hierro y su insuperable dominio de la espada, Artorias no pudo hacer nada ante el poder del Abismo y su alma quedó allí encerrada mientras ayudaba a escapar a Sif, su fiel compañero. Las historias cuentan que cayó con honor y un héroe desconocido heredó su cometido salvando al mundo, un héroe cuya identidad conocemos al viajar al pasado: nuestro personaje.
Su cuerpo corrupto nos desafía en el Coliseo de Oolacile y es, en mi opinión, el mejor de los Bosses no de Dark Souls, sino de toda la saga. Incluso con su voluntad doblegada por la oscuridad y un brazo destrozado (por proteger a Sif), Artorias es un rival formidable y muy difícil de batir. rápido (seguramente el personaje más rápido de todo el juego) y capaz de maniobras imposibles con su enorme espadón maldito.
Nuestro objetivo será liberarle de su sufrimiento y continuar su peligrosa y heroica misión derrotando al Padre del Abismo y causante de todos los males, Manus.
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