Acabas de atravesar una zona boscosa en la que te las has tenido que ver con una horda de trasgos y ahora caminas tranquilamente por una pradera hacia tu próxima aventura cuando, sin previo aviso, ves un majestuoso grifo lanzarse en picado desde las alturas hacia tu posición. La única forma de derrotarlo es unir fuerzas con tus compañeros, mientras uno le quema las alas tu te subes sobre la bestia para impedir que alce el vuelo y los demás puedan golpearla.
Sin embargo, el grifo ignora el daño y bate sus alas, elevándose por los aires y provocando que te golpees contra el suelo. Y vuelta a empezar.
Un amante de la literatura de fantasía, así como de los juegos de rol con un ambiente medieval siempre ha deseado encontrarse en una situación así en un videojuego.
Aunque existen varios títulos capaces de imitar la sensación de estar viviendo una aventura verdaderamente épica (por desgracia muy pocos han cosechado éxitos destacables) recientemente he adquirido uno que me ha proporcionado una experiencia inigualable en este sentido: Dragon's Dogma.
Estrenado hace un año, el Dragon's Dogma de Capcom sorprendió a todos con sus sistema de juego y su aspecto visual, que sobrepasaba a muchos de los juegos de rol de acción del momento.
Tras un éxito de ventas y unos comentarios muy positivos por parte de los jugadores, la desarrolladora decidió comenzar a trabajar en una segunda parte e incluso convertirlo en una saga si seguía obteniendo éxitos.
Este año, quizás para amenizar la espera, salió a la venta Dragon's Dogma Dark Arisen, que incluía el juego original junto con varios extras, entre los que destacaba una zona nueva con una dificultad muy elevada para aquellos jugadores que le hubiesen sacado todo el jugo a la aventura original.
Esa es la versión que yo he comprado y tengo que decir que es uno de esos juegos que te inculcan "malas constumbres", ya que por su culpa no podré ver de la misma forma los juegos de rol.
Recupera tu corazón
Dragon's Dogma comienza con un prólogo en el que controlamos un guerrero, conocido como el Arisen, que se encuentra escalando una montaña en cuya cima reside un peligroso dragón.
Aunque existen varios títulos capaces de imitar la sensación de estar viviendo una aventura verdaderamente épica (por desgracia muy pocos han cosechado éxitos destacables) recientemente he adquirido uno que me ha proporcionado una experiencia inigualable en este sentido: Dragon's Dogma.
Estrenado hace un año, el Dragon's Dogma de Capcom sorprendió a todos con sus sistema de juego y su aspecto visual, que sobrepasaba a muchos de los juegos de rol de acción del momento.
Tras un éxito de ventas y unos comentarios muy positivos por parte de los jugadores, la desarrolladora decidió comenzar a trabajar en una segunda parte e incluso convertirlo en una saga si seguía obteniendo éxitos.
Este año, quizás para amenizar la espera, salió a la venta Dragon's Dogma Dark Arisen, que incluía el juego original junto con varios extras, entre los que destacaba una zona nueva con una dificultad muy elevada para aquellos jugadores que le hubiesen sacado todo el jugo a la aventura original.
Esa es la versión que yo he comprado y tengo que decir que es uno de esos juegos que te inculcan "malas constumbres", ya que por su culpa no podré ver de la misma forma los juegos de rol.
Recupera tu corazón
Dragon's Dogma comienza con un prólogo en el que controlamos un guerrero, conocido como el Arisen, que se encuentra escalando una montaña en cuya cima reside un peligroso dragón.
Tras unos pocos enfrentamientos menores, el argumento da un salto en el tiempo considerable (aunque no se llega a especificar cuanto tiempo pasa) y es cuando nuestro personaje (editado completamente por nosotros en un creador de personajes sublime) entra en acción.
Nuestro héroe es un simple habitante de la aldea pesquera de Cassardis, donde residen tranquilamente varias familias humildes hasta que un día, sin previo aviso, la aldea es atacada por un terrorífico dragón y mientras los aldeanos huyen, tu recoges una espada del suelo y decides hacer frente a la bestia.
Sin haber sufrido siquiera un solo arañazo ante tu ataque, el dragón se abalanza sobre ti y te arranca de cuajo el corazón antes de desaparecer de nuevo entre las nubes.
Horas mas tarde despiertas con una horrible cicatriz en tu pecho y sin poder sentir ningún latido en su interior, un milagro que solo tiene una explicación: Eres el Arisen, un guerrero que aparece cada varias generaciones para hacer frente al dragón que traerá el fin del mundo.
Tras escoger que clase de héroe serás de entre los clásicos "oficios" de los juegos de rol (mago, guerrero o el clásico pícaro aquí llamado strider, aunque enseguida podrás alternar libremente entre estas y otras seis clases) debes ir en busca de tu corazón, lo cual por extensión implica salvar el mundo.
Pero no estarás solo, pues para eso están los peones.
Al servicio del Arisen
Tras unos minutos de juego crearemos a otro personaje con el mismo sistema que creamos al nuestro y que nos acompañará durante todo el juego como nuestro peón principal, controlado por la IA del juego.
Subirá de nivel como nosotros, podrá elegir clase (aunque los peones solo tienen seis y nosotros nueve) y se comportará en función de como se lo hayamos indicado en el momento de su creación.
A partir de ese momento podremos contratar hasta dos peones secundarios ya sea encontrándolos por el camino o tomando prestados los de otros jugadores mediante el modo online, los cuales no podrán subir de nivel y una vez despedidos o muertos dejarán nuestro grupo.
Este sistema de peones y la forma que tiene cada uno de comportarse en batalla debe tratarse con mucho cuidado, ya que es la clave para ganar la mayoría de los combates importantes.
Si una hidra te atrapa entre una de sus muchas fauces, mas te vale tener a un peón de tu lado que sea capaz de cortarle la cabeza antes de que termines en el estomago de la criatura.
Este sistema de peones y la forma que tiene cada uno de comportarse en batalla debe tratarse con mucho cuidado, ya que es la clave para ganar la mayoría de los combates importantes.
Si una hidra te atrapa entre una de sus muchas fauces, mas te vale tener a un peón de tu lado que sea capaz de cortarle la cabeza antes de que termines en el estomago de la criatura.
Los peones también tienen cierto peso argumental, ya que el lugar del que provienen (algo así como otra dimensión) y su aparente falta de emociones son dos misterios mencionados por muchos personajes relevantes.
Los auténticos protagonistas
Los auténticos protagonistas
Dragon's Dogma podría tener un sistema de juego algo deficiente (es excelente excepto por el menú de misiones), o una historia mucho peor (está algo mal contada pero es genial) pero cualquier fallo se vería compensado por el plantel de enemigos.
Muchos juegos de rol crean sus propios enemigos únicos e innovadores, ya sea para formar una mitología propia o evitar caer en los clásicos pero, ¿Qué hay mejor para una fantasía épica que caer en los clásicos?.
En Dragon's Dogma tendremos que luchar contra todos los enemigos imaginables por una mente aficionada a la literatura y los videojuegos de este estilo, desde los más comunes como trasgos, saurios bípedos o los típicos bandidos hasta enemigos únicos e inolvidables como Quimeras, Grifos, Hidras y, por supuesto, Dragones.
Estos últimos son lo suficientemente escasos para que cada combate con ellos sea increíble, excepto Quimeras y Cíclopes que están hasta en la sopa.
Para acabar con ellos y no resultar aplastado, engullido o incinerado tendremos que encontrar sus puntos débiles y golpearlos con todo lo que tengamos teniendo en cuenta que en casi todas las ocasiones nos veremos obligados a, literalmente, escalar por el cuerpo de la criatura.
Quemar las alas de un Grifo para que no escape volando, obligar a un Cíclope a quitarse el casco para destrozarle el ojo subiéndonos a su cabeza o acribillar a flechas el corazón de un Dragón, la única zona vulnerable de su cuerpo.
Todo ello acompañado de una melodía perfecta para la situación (siempre la misma excepto en batallas muy concretas) que cambia cuando hemos tomado ventaja sobre el monstruo.
Te metes realmente en el papel de héroe cuando estas a varios metros sobre el suelo mientras te aferras desesperadamente al corazón de un Dragón.
Dragon's Dogma supera con creces a muchos de los juegos de rol épico que he jugado, y he jugado a muchos.
Su sistema de Action RPG, los giros argumentales y las criaturas épicas lo convierten en una elección casi obligatoria para amantes del rol y los libros de fantasía por igual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario