martes, 15 de diciembre de 2015

[Análisis] Telltale: Game Of Thrones (2014-2015)


No es ningún secreto que me encantan los videojuegos de Telltale, una desarrolladora capaz de sacar una excelente aventura gráfica de cualquier trama, ya sean series, cómics u otros juegos, y proporcionar enormes dosis de carga emocional, duras e irreversibles decisiones y cualquier consecuencia posterior.
Son el tipo de juegos en los que más me involucro, ya que es exactamente igual que ver una película o serie de calidad, pero siendo tú el que decide qué decir, a quién salvar en caso de no poder salvarlos a todos o si te convertirás en el malo de la peli a cambio de lograr tus objetivos.

Mi primer juego de Telltale fue The Wolf Among Us e, inmediatamente después, las dos entregas que sacaron sobre el cómic y serie The Walking Dead, con las cuales grité, lloré y reí como nunca. Antes de empezar Tales From the Borderlands (basado en una de mis sagas de videojuegos preferidas), decidí probar el que menos me llamaba la atención debido a lo poco partidario que soy de la serie de televisión (que no de los libros), Game Of Thrones.

Al final me enganchó y no puede parar hasta terminarlo, pese a ser el más flojo de todos debido a su intención "fanservice" (va demasiado dirigido a los seguidores de la serie de televisión), tiene algunos pequeños detalles en los que mejora muchas cosas de los otros títulos de Telltale.



Los protagonistas (es decir, aquellos a quienes encarnamos y hacemos tomar decisiones) son los miembros de la casa Forrester, una familia del Norte mencionada en libros y serie que tiene los derechos sobre un bosque milenario en el que crecen árboles de una madera muy especial.
La historia del juego comienza tras la Boda Roja, lo que me obliga a dar pocos detalles para evitar spoilers enormes, pero lo importante es que los Forrester empiezan a sufrir horribles pérdidas, tanto en miembros como en derechos ante el Trono de Hierro. Durante seis episodios, tendremos que tomar medidas desesperadas de manos de personajes como Gared, escudero de la familia y poseedor de su mayor secreto, Mira, doncella de Margaery Tyrell en Desembarco del Rey o Asher, el rebelde de la familia que tuvo que exiliarse lejos del continente y ahora se gana la vida como mercenario.

Los giros argumentales son francamente brutales, y es aquí donde creo que Game Of Thrones subsana un pequeño error que tenían sus compañeros de desarrolladora. Mientras que en The Wolf Among Us o The Walking Dead los sucesos más terribles se veían venir a veces, con música dramática o escenas comprometedoras, en GOT todo ocurre de golpe.
La muerte de personajes principales y algunas elecciones muy, pero que muy extremas e importantes se nos ponen delante sin previo aviso y ayudan a meterse aún más tanto en el videojuego como en la esencia de Canción de Hielo y Fuego. En más de una ocasión me he quedado boquiabierto y pensando "¿Qué acaba de pasar?", y no es una reacción muy común en mí cuando juego.



Ahora bien, ¿Dónde está el fallo?. Como ya he dicho, Game Of Thrones saca demasiado provecho a la serie de televisión, lo cual no está mal en cuanto a la elección de diseños y dobladores (los mismos actores que en la serie), pero le quita toda la emoción a las conversaciones que involucren a personajes conocidos. Ya sé que Cersei es una víbora manipuladora, que Jon valora la sinceridad o que Daenerys no se conforma con nada, así que no hay ningún reto a la hora de tratar con ellos y eso anula el encanto de gran parte del juego.
Lo mismo pasa con el trasfondo de algunos personajes importantes, ya que los miembros de la casa Forrester siguen el mismo rumbo que siguieron los Stark. Tienen su propio Jon Nieve, su propia Sansa, una historia milenaria que los relaciona con el verdadero Norte y, descaradamente, pasan por los mismos lugares en situaciones casi idénticas.

Es obvio que lo han diseñado así para aprovechar el tirón de la adaptación televisiva, e incluso han empezado a desarrollar una segunda entrega del juego, cuando los fans de Telltale esperan con muchas más ganas secuelas de los otros títulos.
Con un estilo más cercano a los libros y unas situaciones más originales, estoy seguro de que Game Of Thrones se habría convertido en el mejor juego de la empresa, aunque no deja de ser una obra de calidad.


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