Spiderman ha sido mi obra Marveliana preferida desde muy pequeño, incluso se podría decir que es de las pocas provenientes de esa editorial que me han despertado suficiente interés en estos últimos años en que he vuelto a recuperar la afición por el cómic americano (aunque sigo sin renovar mi colección del arácnido debido a las muchísimas sagas entremezcladas y recopilatorios poco claros que no me dejan claro qué es lo que ya poseo y qué es lo que me falta). Sin embargo, a mi siempre querido Peter Parker le ha salido un grupo de competidores que ya se han ganado un puesto a su lado en mi top personal: La Patrulla X.
Empezar a comprar los omnigold (grandes recopilatorios con las mejores etapas de alguna serie de Marvel) de los mutantes ha sido una de las mejores decisiones que he tomado respecto a esta afición, ya que consisten en volúmenes de más de 600 páginas que narran la mejor y más importante época que vivieron los Hombres X cuando, en 1975, el guionista Chris Claremont convirtió una obra fracasada en uno de los mayores éxitos de la compañía y provocó cambios radicales en la forma de contar historias de superhéroes. Los arcos argumentales que se van contando a lo largo de toda esta colección son considerados obras maestras del cómic americano y marcaron a muchas generaciones de lectores y autores. Tras subirme al barco de fans de La Patrulla X de Claremont debo decir que no me extraña en absoluto.
Lo que hace especial y único a La Imposible Patrulla X aún a día de hoy no es que tenga unas historias excelentes (que las tiene) o un dibujo prácticamente perfecto (que lo tiene), sino el tratamiento que hace a sus protagonistas durante todas esas aventuras. Cada miembro del renovado grupo de Hombres X (para nosotros son "los de siempre", pero en ese momento eran personajes totalmente nuevos) tiene una personalidad muy marcada, traumas, un pasado que crea historias personales y ajenas al grupo muy interesantes y, lo que es más importante tanto en el momento de su creación como ahora, hay una gran diversidad racial y cultural.
Empezar a comprar los omnigold (grandes recopilatorios con las mejores etapas de alguna serie de Marvel) de los mutantes ha sido una de las mejores decisiones que he tomado respecto a esta afición, ya que consisten en volúmenes de más de 600 páginas que narran la mejor y más importante época que vivieron los Hombres X cuando, en 1975, el guionista Chris Claremont convirtió una obra fracasada en uno de los mayores éxitos de la compañía y provocó cambios radicales en la forma de contar historias de superhéroes. Los arcos argumentales que se van contando a lo largo de toda esta colección son considerados obras maestras del cómic americano y marcaron a muchas generaciones de lectores y autores. Tras subirme al barco de fans de La Patrulla X de Claremont debo decir que no me extraña en absoluto.
Lo que hace especial y único a La Imposible Patrulla X aún a día de hoy no es que tenga unas historias excelentes (que las tiene) o un dibujo prácticamente perfecto (que lo tiene), sino el tratamiento que hace a sus protagonistas durante todas esas aventuras. Cada miembro del renovado grupo de Hombres X (para nosotros son "los de siempre", pero en ese momento eran personajes totalmente nuevos) tiene una personalidad muy marcada, traumas, un pasado que crea historias personales y ajenas al grupo muy interesantes y, lo que es más importante tanto en el momento de su creación como ahora, hay una gran diversidad racial y cultural.
Los mutantes se han usado mucho como una representación ficticia de las minorías, pero Claremont decidió doblar el efecto haciendo que estas personas con extraños poderes fuesen negras, rusas o alemanas y que además tuviesen que convivir juntas y aprender a respetar los orígenes del resto. La Imposible Patrulla X cuenta historias geniales de superhéroes y supervillanos con fuertes toques sociales y políticos. Esta colección de cuatro números por el momento (más uno especial) nos cuenta toda esa etapa de los famosos mutantes desde el principio, desde la gran Segunda Genesis de 1975.
En 1963, Stan Lee y Jack Kirby concibieron a un pequeño grupo de personas con poderes especiales conocido como La Patrulla X, sin embargo, la serie protagonizada por Cíclope, Bestia, Hombre de Hielo, Ángel, Chica Maravillosa y el siempre presente Charles Xavier no alcanzó el éxito esperado y siete años después, en 1970, los mutantes desaparecieron de las portadas. Durante 1972 un nuevo Director Editorial de Marvel quiso recuperar al variopinto grupo de muchachos, pero no quería hacerlo a la ligera y, tras algunos problemas con sus compañeros de profesión, la responsabilidad del guión cayó en manos del escritor Len Wein quien, aconsejado por su joven y talentoso ayudante Chris Claremont, logró relanzar la serie tres años después con la intención de renovar por completo el elenco protagonista y hacer que el nombre de La Patrulla X renaciese con más fuerza que nunca.
Con ese nuevo capítulo, el legendario Giant Size Xmen #1, comienza el primer volumen de la colección que nos ocupa: Segunda Genesis. 600 páginas con algunas de las mejores historias que sucedieron al capítulo que da nombre al omnigold durante casi cinco años. ¿Creíais que Lobezno o Tormenta siempre habían sido miembros veteranos de La Patrulla X?. Nada más lejos de la realidad.
Todo comienza con el profesor Charles Xavier, fundador y guía del grupo de 1963, recorriendo el mundo en busca de nuevos y poderosos mutantes para ayudarle a rescatar a sus muchachos, desaparecidos mientras buscaban a un mutante misterioso. Durante las primeras veinte páginas podemos ver cómo recluta a una joven africana que controla el clima, un afable ruso que cubre su piel de acero orgánico, un alemán con apariencia demoníaca, un japonés con el poder del fuego, un nativo americano con mucha vitalidad, el viejo irlandés que se había cambiado de bando tras una vida de delincuencia y un irascible canadiense con garras retráctiles que nunca pensó que alcanzaría la fama que tiene ahora entre el respetable. Con un par de reestructuraciones y contando con las idas y venidas de algunos miembros en futuras aventuras, La Imposible Patrulla X quedaría compuesta finalmente por Cíclope (Scott Summers), Tormenta (Ororo Munroe), Coloso (Peter Rasputin), Rondador Nocturno (Kurt Wagner), Ave de Trueno (John Proudstar), Banshee (Sean Cassidy) y Lobezno (cuyo nombre "real" tarda bastante en desvelarse), con la posterior incorporación de Jean Grey, que abandona el nombre de Chica Maravillosa.
Aunque para muchos sean nombres conocidos, no hay que olvidar que en el momento de esta obra eran de nueva creación o casi desconocidos, por lo que es entre estas páginas donde se lleva a cabo el desarrollo que los convertiría en los famosos mutantes que son ahora entre el público.
Las fobias de Tormenta, las inseguridades de Coloso, la dedicación religiosa de Rondador y prácticamente todo lo relacionado con la personalidad y poderes de Lobezno pueden leerse tal y como se idearon por primera vez. No es de extrañar si tenemos en cuenta que en estos volúmenes se incluyen las primeras aventuras de esta nueva Patrulla, siendo también las sagas más importantes de la historia de los Hombres X. En Segunda Genesis podremos leer enfrentamientos con villanos como Conde Nefaria o Juggernaut, el regreso del incansable Magneto, un pequeño malentendido entre Lobezno y Puño de Hierro, viajes a la Tierra Salvaje, la primera aparición de Alpha Flight (el grupo de superhéroes canadienses que debe su éxito a los chicos de Xavier y la relación con el mutante más famoso del mundo) y muchas otras cosas interesantes entre las que destaca claramente la primera Saga del Fenix, un acontecimiento con enormes consecuencias para el personaje de Jean Grey y el Universo Marvel.
Si un castillo antiguo, una jungla o un territorio prehistórico en mitad de la Antártida no son escenarios bastante sorprendentes de por sí en un cómic de esta temática, ver a los mutantes viajar al espacio exterior y combatir con alienígenas de todos los tamaños y colores posibles mientras uno de ellos adquiere peligrosos poderes a nivel cósmico es.....curioso. Por suerte, el trabajo de dibujantes y guionistas es tal que ni en semejante situación puedes perder el interés.
Como ya he dicho, el desarrollo de los protagonistas es constante en todos ellos, incluso en personajes anteriores a la Segunda Génesis como Cíclope o Banshee, uno con sus muchas responsabilidades y dilemas y el otro con sus reflexiones sobre sentar la cabeza. El mejor ejemplo es Lobezno, no porque su desarrollo sea mayor que el del resto (aunque también), sino porque resulta muy satisfactorio tener entre tus manos las páginas que explican por primera vez que las garras salen de sus manos (originalmente estaban pensadas como armas del traje), que se cura más rápido de lo normal (se hacen insinuaciones, pero nada muy descarado como lo que conocemos de las películas o las series) o que detrás de esa fachada de tío duro y malhumorado hay una persona bastante sensible e inteligente.
Para mí, Segunda Genesis es el cómic imprescindible de La Patrulla X, seguido por el resto de títulos de la colección. No confiaba en encontrar una obra de Marvel tan entretenida (y adictiva) como Spiderman, pero las historias que el señor Claremont ideó allá por los años setenta me han abierto los ojos y ahora La Imposible Patrulla X va ocupando poco a poco mi estantería con sus enormes omigolds.
Mi objetivo de futuro para con Marvel no se limita a hallar sagas interesantes y desconocidas del arácnido, sino que también ardo en deseos de completar mi colección de las mejores historias de los Hombres X y seguir leyendo y releyendo cada una de ellas sin parar. Las acciones que ha emprendido la editorial en los últimos años no son del todo atractivas para mí y tengo que ver muchos avances para acabar interesado en los eventos y cómics nuevos, pero bueno, siempre tendré los clásicos.
Al fin y al cabo, es la mejor forma de empezar. Desde el principio.
En 1963, Stan Lee y Jack Kirby concibieron a un pequeño grupo de personas con poderes especiales conocido como La Patrulla X, sin embargo, la serie protagonizada por Cíclope, Bestia, Hombre de Hielo, Ángel, Chica Maravillosa y el siempre presente Charles Xavier no alcanzó el éxito esperado y siete años después, en 1970, los mutantes desaparecieron de las portadas. Durante 1972 un nuevo Director Editorial de Marvel quiso recuperar al variopinto grupo de muchachos, pero no quería hacerlo a la ligera y, tras algunos problemas con sus compañeros de profesión, la responsabilidad del guión cayó en manos del escritor Len Wein quien, aconsejado por su joven y talentoso ayudante Chris Claremont, logró relanzar la serie tres años después con la intención de renovar por completo el elenco protagonista y hacer que el nombre de La Patrulla X renaciese con más fuerza que nunca.
Con ese nuevo capítulo, el legendario Giant Size Xmen #1, comienza el primer volumen de la colección que nos ocupa: Segunda Genesis. 600 páginas con algunas de las mejores historias que sucedieron al capítulo que da nombre al omnigold durante casi cinco años. ¿Creíais que Lobezno o Tormenta siempre habían sido miembros veteranos de La Patrulla X?. Nada más lejos de la realidad.
Todo comienza con el profesor Charles Xavier, fundador y guía del grupo de 1963, recorriendo el mundo en busca de nuevos y poderosos mutantes para ayudarle a rescatar a sus muchachos, desaparecidos mientras buscaban a un mutante misterioso. Durante las primeras veinte páginas podemos ver cómo recluta a una joven africana que controla el clima, un afable ruso que cubre su piel de acero orgánico, un alemán con apariencia demoníaca, un japonés con el poder del fuego, un nativo americano con mucha vitalidad, el viejo irlandés que se había cambiado de bando tras una vida de delincuencia y un irascible canadiense con garras retráctiles que nunca pensó que alcanzaría la fama que tiene ahora entre el respetable. Con un par de reestructuraciones y contando con las idas y venidas de algunos miembros en futuras aventuras, La Imposible Patrulla X quedaría compuesta finalmente por Cíclope (Scott Summers), Tormenta (Ororo Munroe), Coloso (Peter Rasputin), Rondador Nocturno (Kurt Wagner), Ave de Trueno (John Proudstar), Banshee (Sean Cassidy) y Lobezno (cuyo nombre "real" tarda bastante en desvelarse), con la posterior incorporación de Jean Grey, que abandona el nombre de Chica Maravillosa.
Aunque para muchos sean nombres conocidos, no hay que olvidar que en el momento de esta obra eran de nueva creación o casi desconocidos, por lo que es entre estas páginas donde se lleva a cabo el desarrollo que los convertiría en los famosos mutantes que son ahora entre el público.
Las fobias de Tormenta, las inseguridades de Coloso, la dedicación religiosa de Rondador y prácticamente todo lo relacionado con la personalidad y poderes de Lobezno pueden leerse tal y como se idearon por primera vez. No es de extrañar si tenemos en cuenta que en estos volúmenes se incluyen las primeras aventuras de esta nueva Patrulla, siendo también las sagas más importantes de la historia de los Hombres X. En Segunda Genesis podremos leer enfrentamientos con villanos como Conde Nefaria o Juggernaut, el regreso del incansable Magneto, un pequeño malentendido entre Lobezno y Puño de Hierro, viajes a la Tierra Salvaje, la primera aparición de Alpha Flight (el grupo de superhéroes canadienses que debe su éxito a los chicos de Xavier y la relación con el mutante más famoso del mundo) y muchas otras cosas interesantes entre las que destaca claramente la primera Saga del Fenix, un acontecimiento con enormes consecuencias para el personaje de Jean Grey y el Universo Marvel.
Si un castillo antiguo, una jungla o un territorio prehistórico en mitad de la Antártida no son escenarios bastante sorprendentes de por sí en un cómic de esta temática, ver a los mutantes viajar al espacio exterior y combatir con alienígenas de todos los tamaños y colores posibles mientras uno de ellos adquiere peligrosos poderes a nivel cósmico es.....curioso. Por suerte, el trabajo de dibujantes y guionistas es tal que ni en semejante situación puedes perder el interés.
Como ya he dicho, el desarrollo de los protagonistas es constante en todos ellos, incluso en personajes anteriores a la Segunda Génesis como Cíclope o Banshee, uno con sus muchas responsabilidades y dilemas y el otro con sus reflexiones sobre sentar la cabeza. El mejor ejemplo es Lobezno, no porque su desarrollo sea mayor que el del resto (aunque también), sino porque resulta muy satisfactorio tener entre tus manos las páginas que explican por primera vez que las garras salen de sus manos (originalmente estaban pensadas como armas del traje), que se cura más rápido de lo normal (se hacen insinuaciones, pero nada muy descarado como lo que conocemos de las películas o las series) o que detrás de esa fachada de tío duro y malhumorado hay una persona bastante sensible e inteligente.
Para mí, Segunda Genesis es el cómic imprescindible de La Patrulla X, seguido por el resto de títulos de la colección. No confiaba en encontrar una obra de Marvel tan entretenida (y adictiva) como Spiderman, pero las historias que el señor Claremont ideó allá por los años setenta me han abierto los ojos y ahora La Imposible Patrulla X va ocupando poco a poco mi estantería con sus enormes omigolds.
Mi objetivo de futuro para con Marvel no se limita a hallar sagas interesantes y desconocidas del arácnido, sino que también ardo en deseos de completar mi colección de las mejores historias de los Hombres X y seguir leyendo y releyendo cada una de ellas sin parar. Las acciones que ha emprendido la editorial en los últimos años no son del todo atractivas para mí y tengo que ver muchos avances para acabar interesado en los eventos y cómics nuevos, pero bueno, siempre tendré los clásicos.
Al fin y al cabo, es la mejor forma de empezar. Desde el principio.
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