No es ningún secreto que me encantan los videojuegos de Telltale, una desarrolladora capaz de sacar una excelente aventura gráfica de cualquier trama, ya sean series, cómics u otros juegos, y proporcionar enormes dosis de carga emocional, duras e irreversibles decisiones y cualquier consecuencia posterior.
Son el tipo de juegos en los que más me involucro, ya que es exactamente igual que ver una película o serie de calidad, pero siendo tú el que decide qué decir, a quién salvar en caso de no poder salvarlos a todos o si te convertirás en el malo de la peli a cambio de lograr tus objetivos.
Mi primer juego de Telltale fue The Wolf Among Us e, inmediatamente después, las dos entregas que sacaron sobre el cómic y serie The Walking Dead, con las cuales grité, lloré y reí como nunca. Antes de empezar Tales From the Borderlands (basado en una de mis sagas de videojuegos preferidas), decidí probar el que menos me llamaba la atención debido a lo poco partidario que soy de la serie de televisión (que no de los libros), Game Of Thrones.
Son el tipo de juegos en los que más me involucro, ya que es exactamente igual que ver una película o serie de calidad, pero siendo tú el que decide qué decir, a quién salvar en caso de no poder salvarlos a todos o si te convertirás en el malo de la peli a cambio de lograr tus objetivos.
Mi primer juego de Telltale fue The Wolf Among Us e, inmediatamente después, las dos entregas que sacaron sobre el cómic y serie The Walking Dead, con las cuales grité, lloré y reí como nunca. Antes de empezar Tales From the Borderlands (basado en una de mis sagas de videojuegos preferidas), decidí probar el que menos me llamaba la atención debido a lo poco partidario que soy de la serie de televisión (que no de los libros), Game Of Thrones.