La pasión
es una emoción compleja, pero increíblemente intensa. Podemos sentirla por
personas, ideas e incluso por cosas.
La pasión
suele ser definida como un estado que nos ocupa mente y espíritu, como un
afecto tan grande que puede influir en prácticamente todos los aspectos de
nuestra vida y condicionar nuestras acciones y forma de ver el mundo.
Yo tengo
una pasión. Una pasión cuyo objeto ocupa una parte esencial de mi vida,
influencia mis acciones y pensamientos y nunca (y espero que siga siendo así)
deja de sorprenderme.
En manos
adecuadas, el uso de la literatura puede obrar auténticos milagros.
Puede
hacerte escuchar increíbles melodías en el más absoluto de los silencios.
Que
conozcas a personas de tal manera que sabes que les hace reír y llorar, que
sabes como actuarían en cualquier situación posible y para las que tendrías mil
y una cosas que decir. Personas que para aquellos que no comprenden la complejidad de esta "afición" ni siquiera existen.
Y lo
mejor de todo, es que en manos realmente adecuadas, una historia puede darte
lecciones sobre la vida que nunca serias capaz de aprender en el colegio, en la
televisión o entre tus conocidos. Porque no son lecciones que te intenta inculcar nadie, sino lecciones que tú mismo percibes y cuyo significado es siempre personal.
Lecciones
sobre el bien y el mal, sobre encontrar la felicidad en las cosas mas simples o
únicamente entre aquellas grandiosas ambiciones que todos tenemos.
Lecciones
que nadie te impone ni te intenta enseñar.
Lecciones
que nacen de ti mismo, porque cuando tu mente y tu alma están inmersos en una
de estas historias es imposible impedir que salga la persona que eres de
verdad, la persona a la que nadie conoce.
Muy
probablemente porque, hasta que leíste la historia, tú tampoco te conocías.
Hace tiempo encontré una de estas historias y, para mi sorpresa, una cantidad
increíble de estos personajes a los que ya estoy echando de menos.
Había
oído hablar de ella y muchos me la habían recomendado a sabiendas de mis gustos
literarios, pero reconozco que me costó dar el paso (cuanta más gente me recomienda algo concreto, más miedo me da confiarme a ello).
Al fin logré darlo, y debo reconocer que me arrepiento de no haberlo hecho antes, porque he
encontrado una de esas historias que nunca olvidas.
Encontré
la historia del brujo.
Cuentos,
magia y mucho sentimiento
La obra
de Andrzej Sapkowski nos narra las aventuras de Geralt de Rivia, cuyo cometido
como brujo debería ser simple y llanamente el de matar monstruos de todo tipo.
Fue
entrenado para ello, incluso podríamos decir que fue "creado" para
ello. No debería tener sentimientos, no debería causarle reparo alguno el matar
a cualquier criatura alejada de la definición de humano, pues los monstruos son
los que amenazan la paz y seguridad de la buena gente de este mundo mágico.
Pero
Geralt es especial, entre otras muchas cosas porque tiene su propio concepto del bien y el mal. Sabe que los monstruos no siempre tienen
colmillos, que no siempre se esconden en cuevas y ruinas ni se dedican a buscar
jóvenes muchachas a las que devorar.
Es consciente de que los simples humanos pueden albergar maldad y, por tanto, la lógica dicta que algunos monstruos pueden ser capaces de hacer el bien.
Por ello,
el brujo porta consigo dos espadas.
Una de
plata, para matar a aquellos monstruos incapaces de razonar o que supongan una amenaza directa contra la gente inocente.
Y una de
acero, para otro tipo de monstruos, aquellos que se ocultan a simple vista y en los que es más difícil confiar. Las personas.
Esta dualidad que representan al principio las espadas está presente durante toda la obra.
No en pocas ocasiones, Geralt conocerá a supuestos monstruos y seres sobrenaturales con buen corazón y llenos de sabiduría y a personas tan malvadas y manipuladoras que hasta nosotros sentiremos asco.
No faltarán los monstruos malignos y los humanos pacíficos, pero un vampiro chupasangre no sorprende tanto como un regente que tolera las masacres y las violaciones.
Todo esto, en realidad, puede ser perfectamente una simple introducción, una especie de sinopsis de esta saga de libros
de la que intento hablaros.
Por mucho que me esfuerce en explicar los diferentes (y muy numerosos) aspectos de la obra, nada de lo que escriba será mas que una parodia de lo
que realmente significa la historia del brujo.
El
argumento, que comienza con algunas de las aventuras de Geralt como si de una
recopilación de cuentos populares se tratase, evoluciona de pronto a pasos de
gigante.
Antes de
darnos cuenta, estaremos metidos de lleno en una historia de una complejidad
asombrosa, cuyo argumento baila alrededor de los personajes (pues Geralt no es el único protagonista y sus penurias no serán las únicas que nos hagan pasar malos ratos) con tanta gracilidad que cualquier pequeño
suceso podría desencadenar en un increíble giro de los acontecimientos.
No es solo el argumento lo que enamora de esta saga, pues los ya
sabidos en el tema de la literatura fantástica somos conscientes de que un argumento puede
ser bueno o malo, pero difícilmente sera único e irrepetible. Las bases de la fantasía son inalterables, por muchos matices que quiera darle cada escritor.
Lo que te
hace coger todos y cada uno de estos libros y no soltarlos hasta llegar a la
última página es el talento de su autor para llegar a nosotros, los lectores.
Único e
irrepetible es el estilo narrativo de Andrzej Sapkowski, capaz de hacer que
veamos la cara mas humana de unos personajes que viven rodeados de magia,
caballeros y monstruos de gran diversidad.
Puede que
los vampiros pueblen los cementerios, que los elfos dancen por los bosques o
que gigantescos dragones dorados aparezcan de la nada, porque el lector siempre
estará mas preocupado por lo que piense el personaje en cuestión, por lo que
pueda hacerle daño al corazón y no al físico, pues hasta el más mínimo acto o conversación están llenos de significado.
Me siento obligado a guardarme
todos y cada uno de mis conocimientos y opiniones acerca de los personajes que
acompañarán a Geralt durante su aventura, pues hasta el más mínimo detalle
estropearía la sorpresa para quien no ha disfrutado todavía de estos libros. Es una obra que puede ver destripados varios momentos con una simple mención.
Me
permitiré decir que son personajes verdaderamente únicos.
Algunos
serán objeto de tu odio y llorarás con las desgracias de otros, pero todos y
cada uno de ellos te será mostrado de forma tan completa e íntima que no podrás
sino comprender las razones que les llevan a hacer lo que hacen, lo apruebes o
no.
Y lo que
es aún mejor, ninguno de ellos será al final lo que parece. Los secretos y las decisiones importantes tomadas en el último momento son algo muy humano, y Sapkowski lo sabe aplicar magistralmente.
Algo que sin duda debe ser
destacado es también la forma de expresarse que tiene cada uno de ellos.
Dialectos
cerrados, expresiones verdaderamente soeces o admirables galimatías son
plasmados con una perfecta precisión.
Sapkowski
no tiene problema alguno en usar palabras que no están en ningún diccionario
conocido, pero que todos tenemos bastante sabidas o hemos oído alguna vez.
Estar
disfrutando de una conversación entre dos personajes conocidos por su
inteligencia que terminan las palabras como auténticos catetos como si fuera lo
mas natural del mundo no tiene precio.
Esta inusual muestra de conocimiento "camuflada" es una de las razones por las que la saga de libros de Geralt de Rivia está considerada una de las mejores obras literarias de toda la historia.
Siete son oficialmente los libros
que componen la Saga del Brujo (uno de ellos dividido en dos en algunas versiones), aunque recientemente se ha publicado un octavo, Estación de Tormentas, que toma la forma de precuela para ahondar un poco más en el pasado de Geralt y conocer más detalles de su universo.
Su orden
de lectura es, precisamente, el que he seguido con las imágenes introducidas en
este pequeño comentario.
Como puede apreciarse, las portadas se merecen una mención propia, pues los personajes
principales representados en ellas están caracterizados con maestría en las ediciones de Alamut.
Al ser un libro tan detallista y descriptivo, todos ellos son tal y como uno imagina (quizás Geralt es el único que no sale muy agraciado).
Si se le puede poner un fallo a toda esta saga, probablemente sea su desenlace.
Da la impresión de haberse terminado a todo correr, sin pensar mucho en la trascendencia de la historia o la inmersión que sentíamos los lectores.
Puede que por ello se haya continuado el argumento de forma más "libre" en sus adaptaciones al videojuego, ambientadas varios años después del verdadero final de los libros y que no dejan de cosechar éxitos entre los aficionados a la obra original.
Para
terminar, confesar que en mi vida, como en la de todo el mundo, siempre he tenido ciertos sueños presentes a lo largo de los años.
Uno de ellos es
ser capaz de escribir una gran obra capaz de llegar hasta lo mas profundo de
cada uno.
Otro era encontrar una obra capaz de proporcionar esa calidad.
Gracias a
Andrzej Sapkowski y al brujo Geralt de Rivia he podido cumplir el segundo y aunar aún más ganas y esperanzas para alcanzar el primero.
Amigo, no podría estar más de acuerdo. Mira que he leído en mi vida y nada como esto; la saga del brujo es simplemente sublime a la vez que indescriptible por esos sentimientos que inspira. Por cierto, en el facebook de Alamut Bibliópolis han linkeado tu reseña, por eso he llegado a ella. Un saludo.
ResponderEliminarHurra hurra y hurra, que bien escribes ,me has dado ganas de leerlos, y ya sabes ke no son mi estilo , enhorabuena
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