Lo más difícil cuando escribo sobre mis mangas y videojuegos favoritos suele ser el comienzo. Tengo tantas ganas de empezar a extenderme en el tema que las introducciones, ese par de párrafos iniciales tan básicos, se me hacen muy cuesta arriba y se convierten en la razón principal para ir retrasando muchísimas publicaciones.
Contando con eso, me siento completamente incapaz de hacer una simple introducción a la hora de hablar de una de las obras más influyentes y populares de toda la historia del manga, el anime y la infancia de muchos niños (entre los que me incluyo, al igual que gran parte de mi generación). Todo el mundo conoce Dragon Ball, todo el mundo es capaz de visualizar más o menos a Son Goku y muchísima gente sigue relacionando el manga y el anime únicamente con esta serie
(algo sorprendentemente bueno en generaciones anteriores a ella, aunque un poco decepcionante en las posteriores).
(algo sorprendentemente bueno en generaciones anteriores a ella, aunque un poco decepcionante en las posteriores).
Lo único que puedo hacer es asegurarme de publicar algo que resulte mínimamente digno de esta obra atemporal. No dejarme muchas virtudes y atreverme con sus defectos, alternando entre la objetividad y la opinión propia de manera constante, tal y como se merece Dragon Ball.
Ignoro si me saldrá bien, pero no podía esperar más y seguir escribiendo sobre mis mangas preferidos sin hablar del que, para bien o para mal, es el más importante de todos en muchos aspectos, especialmente para los jóvenes cercanos a mi generación.
Resulta irónico que de una obra que puede definirse con solo decir su nombre, haya tantísimo que decir. Que sea lo que Kami quiera.
La historia creada por el Maestro Akira Toriyama tuvo un comienzo bastante especial, del cual suelen olvidarse muchos fans. La joven Bulma, en busca de una bolas mágicas capaces de conceder deseos, conoce a Son Goku, un niño salvaje con una fuerza inusual y cola de mono (basado en el Rey Mono Sun Wukong, de la famosa obra china Viaje al Oeste), y juntos comienzan la búsqueda de las bolas de dragón, viviendo grandes aventuras y conociendo a todo tipo de gente.
Al principio Dragon Ball no era más que eso, una aventura, un cuento fantástico con grandes dosis de humor y poca complejidad. Sin embargo, la trama requería de ciertos "avances" si quería mantenerse como un manga duradero, por lo que se introdujeron saltos temporales, un mayor protagonismo (o directamente, un protagonismo total) en las peleas contra el malo de turno y un sistema mucho más directo para sorprender al lector.
Por desgracia, esto no implicó más complejidad o evolución objetiva de la obra, más bien lo contrario. Ahí radica el único problema de Dragon Ball, en el cual me explayaré más adelante, y es que, objetivamente y sin tener en cuenta la edad de la obra, es excesivamente simple comparado con muchas de las obras posteriores.
Tras hacerse mayor, formar una familia y olvidarse un poco de las bolas mágicas, la historia de Son Goku parecía estar muy cerca de su final. La épica batalla con el malvado Vegeta dejaba bastante claro que se había alcanzado un limite. Pero resultó que el autor quiso ir más allá.
Por lo que sabemos, la intención de Toriyama era terminar la serie al final del arco de Freezer. Son Goku iba a ser considerado el "Súper Saiyan Legendario" (el tío más chulo del universo) y la cosa se iba a quedar ahí, pero las peticiones de los fans (y la fama, que no somos tontos) le hicieron alargar la obra durante otras dos sagas tan largas que Dragon Ball pasó a durar casi el doble de lo que estaba planeado.
Las cosas como son, si bien esta decisión no parece tan buena desde el punto de vista argumental y pensando en la fidelidad a su propia obra, sin las nuevas sagas inventadas por el Maestro Tori no habríamos conocido a personajes tan increíbles como los Androides o Boo. Y nos hubiésemos quedado sin un Vegeta que no paró de mejorar como personaje, sin un Gohan que resultó ser una máquina de matar y sin unas batallas que nunca olvidaremos. Ah, y eso de los pelos amarillos de punta habría caído en el olvido.
Gracias a estas nuevas historias, Dragon Ball se extendió aún más y su influencia, tantísimos años después, está más que presente.
Para los que no son muy aficionados al manga, Dragon Ball es la máxima expresión del medio, la obra más importante y la única que les ha llegado a interesar. Para los que "entendemos", es muchísimo más.
Muy pocas son las obras de manga juvenil que no se basan, aunque sea mínimamente o en ciertos puntos concretos, en la histórica Dragon Ball. Se pueden ver algunos puntos comunes en muchas obras de éxito como Hunter X Hunter, 666 Satán e incluso Naruto (aunque Naruto bebió tanto de Dragon Ball que adoptó sus defectos, pero ese es otro tema). Es más, muchas escenas de manga basadas en el entrenamiento de los protagonistas suelen inspirarse en situaciones vividas por Goku y los suyos, incluyendo lo de cargar mucho peso para aumentar la fuerza de forma pasiva.
Esto es, en realidad, un fallo que muchos cometemos, ya que muchas de esas cosas son aspectos básicos en este género de manga. Tal es su popularidad, que es mucho más fácil decir "este manga es estilo Dragon Ball" que hablar directamente de géneros y subgéneros.
El manga al completo sigue siendo reeditado cada cierto tiempo, se desarrollan nuevos videojuegos anuales, siguen existiendo innumerables dudas y debates sobre algunos aspectos de la serie y, desde hace unos años, Toriyama nos está "regalando" con una nueva trilogía de películas que alarga aún más la historia de Dragon Ball (gracias Tori, pero es que nos bastaba con lo que había).
Puede que Naruto se haya convertido en leyenda, o que One Piece ocupe un hueco de tamaño considerable en nuestros corazones, pero dudo mucho que vuelva a repetirse algo como lo de Dragon Ball. Cambian las épocas, los gustos, las modas...y sigue estando ahí, impasible. Esas peleas, esos diseños y ese argumento, independientemente de su calidad, son inolvidables.
Pero, ¿Dónde está el fallo?
En principio no hay ninguno, Dragon Ball es la obra perfecta para tener sus treinta añitos, pero claro, si la juzgamos desde una postura exigente, conforme a lo que le pedimos a los mangas que han ido saliendo en los últimos años....no saca una nota muy alta.
La historia empieza bastante bien y algo prometedora, sin excesivas expectativas pero introduciendo a una aventura interesante, pero enseguida se pierde entre combates y villanos sacados de ninguna parte, en ver quién es más fuerte y quién puede romper más montañas con sus golpes. Leí hace poco que Dragon Ball era "una historia basada en ver quién la tiene más grande", y es una descripción excelente. El concepto de aumentar la fuerza sin parar, transformarse, lanzar ataques cada vez más bestias...tocó techo en la Saga de Freezer, pero al alargar el manga no quedó más remedió que excederse.
Todos podían ser Súper Saiyans y debían contenerse para no destruir el planeta entero, mientras se enfrentaban a enemigos muy simples en diseños y conceptos (adoro a los malos de Dragon Ball, pero he visto personajes de puro relleno más detallados), algo que comparten con los protagonistas, por mucho que nos esforcemos en no verlo. La historia se olvidaba de las bolas mágicas excepto cuando tocaba resolver de forma fácil el desenlace de alguna batalla (revivimos a todos y aquí no ha pasado nada), personajes que habían estado desde el principio de la serie eran degradados al papel de pringados debiluchos (lo de Yamcha me pareció un poco de mal gusto) y el protagonismo de Goku y, a veces, Vegeta, era algo dañino para el buen desarrollo de la trama (no me digas que Gohan es el más fuerte de todos y te lo cepilles en el capítulo siguiente).
Seamos claros, estas cosas no las permitiríamos (bueno, al menos yo) en un manga actual, pero claro, es Dragon Ball. Es el niño mimado de la familia, y siempre recibirá un tratamiento especial. Se lo ha ganado, seguramente sin querer, pero se lo ha ganado.
¿Llegará el día en que olvidemos a Dragon Ball?, ¿Se perderá la historia de Goku con el paso del tiempo? No creo que llegue a ver ese día, y me alegro por ello. Para algunos puede ser un simple manga de mucho éxito, una referencia más de la cultura popular, pero para los que hemos crecido con ello, y aún seguimos disfrutando leyendo Dragon Ball, es algo verdaderamente importante.
Ha formado parte de nuestra infancia, ha estado presente en nuestra juventud y seguramente lo siga estando cuando seamos más mayores. La superación del bueno de Goku, la fuerza oculta en el inocente Gohan o el orgullo indestructible de Vegeta son cosas que nos resultan únicas y originales, y cualquier otro personaje similar será siempre considerado una copia.
No volverá a existir nada igual. Dragon Ball es leyenda, es historia, es infancia, es algo que permanece en nuestras vidas cuando muchas otras cosas van desapareciendo o volviéndose en nuestra contra. Para algunos ha sido consuelo, para otros enseñanza y a la mayoría simplemente nos entretenía e introducía en un mundo alucinante, pero para todos ha sido algo extraordinario e inigualable.
¿Cuántas cosas, cuántas aficiones y obras han sido capaces de alcanzar este nivel de influencia sin formar parte de algo mucho mayor?
Conocemos la respuesta, y espero que no se nos olvide nunca, porque Dragon Ball nunca debería ser olvidado.
Al principio Dragon Ball no era más que eso, una aventura, un cuento fantástico con grandes dosis de humor y poca complejidad. Sin embargo, la trama requería de ciertos "avances" si quería mantenerse como un manga duradero, por lo que se introdujeron saltos temporales, un mayor protagonismo (o directamente, un protagonismo total) en las peleas contra el malo de turno y un sistema mucho más directo para sorprender al lector.
Por desgracia, esto no implicó más complejidad o evolución objetiva de la obra, más bien lo contrario. Ahí radica el único problema de Dragon Ball, en el cual me explayaré más adelante, y es que, objetivamente y sin tener en cuenta la edad de la obra, es excesivamente simple comparado con muchas de las obras posteriores.
Tras hacerse mayor, formar una familia y olvidarse un poco de las bolas mágicas, la historia de Son Goku parecía estar muy cerca de su final. La épica batalla con el malvado Vegeta dejaba bastante claro que se había alcanzado un limite. Pero resultó que el autor quiso ir más allá.
Por lo que sabemos, la intención de Toriyama era terminar la serie al final del arco de Freezer. Son Goku iba a ser considerado el "Súper Saiyan Legendario" (el tío más chulo del universo) y la cosa se iba a quedar ahí, pero las peticiones de los fans (y la fama, que no somos tontos) le hicieron alargar la obra durante otras dos sagas tan largas que Dragon Ball pasó a durar casi el doble de lo que estaba planeado.
Las cosas como son, si bien esta decisión no parece tan buena desde el punto de vista argumental y pensando en la fidelidad a su propia obra, sin las nuevas sagas inventadas por el Maestro Tori no habríamos conocido a personajes tan increíbles como los Androides o Boo. Y nos hubiésemos quedado sin un Vegeta que no paró de mejorar como personaje, sin un Gohan que resultó ser una máquina de matar y sin unas batallas que nunca olvidaremos. Ah, y eso de los pelos amarillos de punta habría caído en el olvido.
Gracias a estas nuevas historias, Dragon Ball se extendió aún más y su influencia, tantísimos años después, está más que presente.
Para los que no son muy aficionados al manga, Dragon Ball es la máxima expresión del medio, la obra más importante y la única que les ha llegado a interesar. Para los que "entendemos", es muchísimo más.
Muy pocas son las obras de manga juvenil que no se basan, aunque sea mínimamente o en ciertos puntos concretos, en la histórica Dragon Ball. Se pueden ver algunos puntos comunes en muchas obras de éxito como Hunter X Hunter, 666 Satán e incluso Naruto (aunque Naruto bebió tanto de Dragon Ball que adoptó sus defectos, pero ese es otro tema). Es más, muchas escenas de manga basadas en el entrenamiento de los protagonistas suelen inspirarse en situaciones vividas por Goku y los suyos, incluyendo lo de cargar mucho peso para aumentar la fuerza de forma pasiva.
Esto es, en realidad, un fallo que muchos cometemos, ya que muchas de esas cosas son aspectos básicos en este género de manga. Tal es su popularidad, que es mucho más fácil decir "este manga es estilo Dragon Ball" que hablar directamente de géneros y subgéneros.
El manga al completo sigue siendo reeditado cada cierto tiempo, se desarrollan nuevos videojuegos anuales, siguen existiendo innumerables dudas y debates sobre algunos aspectos de la serie y, desde hace unos años, Toriyama nos está "regalando" con una nueva trilogía de películas que alarga aún más la historia de Dragon Ball (gracias Tori, pero es que nos bastaba con lo que había).
Puede que Naruto se haya convertido en leyenda, o que One Piece ocupe un hueco de tamaño considerable en nuestros corazones, pero dudo mucho que vuelva a repetirse algo como lo de Dragon Ball. Cambian las épocas, los gustos, las modas...y sigue estando ahí, impasible. Esas peleas, esos diseños y ese argumento, independientemente de su calidad, son inolvidables.
Pero, ¿Dónde está el fallo?
En principio no hay ninguno, Dragon Ball es la obra perfecta para tener sus treinta añitos, pero claro, si la juzgamos desde una postura exigente, conforme a lo que le pedimos a los mangas que han ido saliendo en los últimos años....no saca una nota muy alta.
La historia empieza bastante bien y algo prometedora, sin excesivas expectativas pero introduciendo a una aventura interesante, pero enseguida se pierde entre combates y villanos sacados de ninguna parte, en ver quién es más fuerte y quién puede romper más montañas con sus golpes. Leí hace poco que Dragon Ball era "una historia basada en ver quién la tiene más grande", y es una descripción excelente. El concepto de aumentar la fuerza sin parar, transformarse, lanzar ataques cada vez más bestias...tocó techo en la Saga de Freezer, pero al alargar el manga no quedó más remedió que excederse.
Todos podían ser Súper Saiyans y debían contenerse para no destruir el planeta entero, mientras se enfrentaban a enemigos muy simples en diseños y conceptos (adoro a los malos de Dragon Ball, pero he visto personajes de puro relleno más detallados), algo que comparten con los protagonistas, por mucho que nos esforcemos en no verlo. La historia se olvidaba de las bolas mágicas excepto cuando tocaba resolver de forma fácil el desenlace de alguna batalla (revivimos a todos y aquí no ha pasado nada), personajes que habían estado desde el principio de la serie eran degradados al papel de pringados debiluchos (lo de Yamcha me pareció un poco de mal gusto) y el protagonismo de Goku y, a veces, Vegeta, era algo dañino para el buen desarrollo de la trama (no me digas que Gohan es el más fuerte de todos y te lo cepilles en el capítulo siguiente).
Seamos claros, estas cosas no las permitiríamos (bueno, al menos yo) en un manga actual, pero claro, es Dragon Ball. Es el niño mimado de la familia, y siempre recibirá un tratamiento especial. Se lo ha ganado, seguramente sin querer, pero se lo ha ganado.
¿Llegará el día en que olvidemos a Dragon Ball?, ¿Se perderá la historia de Goku con el paso del tiempo? No creo que llegue a ver ese día, y me alegro por ello. Para algunos puede ser un simple manga de mucho éxito, una referencia más de la cultura popular, pero para los que hemos crecido con ello, y aún seguimos disfrutando leyendo Dragon Ball, es algo verdaderamente importante.
Ha formado parte de nuestra infancia, ha estado presente en nuestra juventud y seguramente lo siga estando cuando seamos más mayores. La superación del bueno de Goku, la fuerza oculta en el inocente Gohan o el orgullo indestructible de Vegeta son cosas que nos resultan únicas y originales, y cualquier otro personaje similar será siempre considerado una copia.
No volverá a existir nada igual. Dragon Ball es leyenda, es historia, es infancia, es algo que permanece en nuestras vidas cuando muchas otras cosas van desapareciendo o volviéndose en nuestra contra. Para algunos ha sido consuelo, para otros enseñanza y a la mayoría simplemente nos entretenía e introducía en un mundo alucinante, pero para todos ha sido algo extraordinario e inigualable.
¿Cuántas cosas, cuántas aficiones y obras han sido capaces de alcanzar este nivel de influencia sin formar parte de algo mucho mayor?
Conocemos la respuesta, y espero que no se nos olvide nunca, porque Dragon Ball nunca debería ser olvidado.
La grandeza de Dragon Ball radica en su simpleza, de ahí su éxito. Su historia es sencilla y entretenida, gracias a ello personas que no leen manga ni miran anime se impregnaron con las aventuras de Son Goku. No existe anime/manga que goce de tal popularidad, ni existirá en buen tiempo; que lo diga mi abuelita, ella reconoce a Freezer incluso si este es de color dorado =)
ResponderEliminarPoco tengo que decir sobre su principal defecto. Dragon Ball Z llevó la escala de poder de los personajes principales a límites absurdos. La trama principal giraba en la aparición de un villano más poderoso al que se debía derrotar a punta de leveling y ya está. Eso sí, nadie puede dudar que muchas de esas batallas fueron épicas.
Disfruté mucho la lectura de tu artículo. Muy amena para los que no dominamos por completo todo lo que está relacionado con ésta maravillosa obra de culto.
Ese es el don y a la vez la maldición de Dragon Ball, que pueda ser tan popular entre casi cualquier tipo de público. Aún a día de hoy siguen explotando la franquicia y sacando cosas nuevas, con lo que no creo que consigan nada nuevo.
EliminarMe alegro de que te haya gustado.
Me encanta Dragón Ball Z
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