lunes, 1 de septiembre de 2014

Cine: Kenshin, el guerrero samurái (2012)

Estas críticas están basadas en una opinión personal, no están realizadas de forma objetiva ni pretenden servir a ningún otro propósito que expresar un punto de vista. Se detalla con total libertad el argumento, por lo que es responsabilidad de cada uno leerlas o no.
En el mundo del manga hay un sentimiento de miedo ante las adaptaciones al cine (sentimiento compartido también por los aficionados a libros y videojuegos). Por norma general, llevar a la gran pantalla cualquier obra de otro medio es en el mejor de los casos de una fidelidad cuestionable y en el peor lleva consigo dañar toda la esencia de esa obra con escenas imposibles y guiones que no se deciden entre ser horribles o malinterpretar el argumento.
Se intenta crear algo que guste a un público mucho más extenso y variado del que tiene la obra original. Espero no ser el único al que esto le suena a chorrada monumental.
Rurouni Kenshin ha sido desde hace varios años mi manga preferido (con permiso de Rave) y al enterarme de que iba a recibir una película Live Action (adaptación a imagen/personajes reales) sentí tanto miedo y expectación que tardé más de lo debido en decidirme a verla.
A día de hoy, la considero una gran película y una de las mejores adaptaciones al cine que he visto.
Entre los guerreros que lucharon por traer una nueva era al Japón feudal hubo uno que destacaba por su gran dominio de la espada y su habilidad para matar al que todos llamaban Battousai (creo que no se explica en la película, pero se refiere al estilo de lucha de desenvainar rápidamente). Al terminar el conflicto, el Battousai desapareció.
Diez años después Kaoru, maestra de su propio dojo de esgrima, conoce a Kenshin, un vagabundo algo simplón y aparentemente inocente que guarda un gran secreto: viaja por el país ayudando a los necesitados como penitencia por sus días de Battousai, además de estar atado a su propio juramento de no volver a arrebatar una vida.
Por desgracia, un pasado tan violento siempre acaba por volver.
Este argumento es, pese a algunas variaciones en cuanto a las personas relacionadas con el Battousai, el mismo que se nos presenta al comienzo del manga. A partir de aquí la película se toma ciertas libertades perfectamente justificadas por la gran cantidad de personajes y la complejidad del argumento en la obra original.
Kanryu Takeda es un importante traficante de droga cuya mejor trabajadora, Megumi, logra escapar de sus garras y pedir ayuda a Kenshin. Para recuperar lo que considera suyo, Kanryu envía al hombre que se autoproclama el actual Battousai.
Para los que se hayan leído Rurouni Kenshin, la película se centra en la Saga de Tokio relacionando a todos los personajes con Kanryu para poder darle mayor consistencia al argumento. Una decisión que incluso yo, un obseso de la fidelidad al manga, comprende perfectamente.
Antes de meterme de lleno en los personajes debo decir que la ambientación del filme es muy acertada y se corresponde tanto con el original como con el genero cinematográfico al que pertenece.
El juego de luces es siempre el adecuado y como buena película con toques de artes marciales nunca peca de grandes efectos especiales, haciendo que escenas como la pelea entre Saito y Kenshin (que no se corresponde al largo y sangriento duelo que mantienen en el manga) sean muy creíbles a la par que impresionantes.
Los escenarios están creados con un cariño que se agradece, el Dojo Kamiya, las afueras de la mansión de Kanryu e incluso el Restaurante Akabeko son una copia exacta y totalmente fiel a lo que pudimos ver los lectores del manga.
En cuanto a los personajes, resulta curioso que al principio ninguno de los actores me convenciese en su papel (según he leído la sensación fue general) pero que al de un rato de estar viendo la película mi pensamiento cambiase radicalmente a "son perfectos".
El actor principal es un verdadero Kenshin Himura en todos los sentidos, con esa cara de buenazo que tan seria se pone a la hora de luchar. Puede que falle un poco a la hora de poner esa expresión asesina que asaltaba al verdadero personaje al revertir a su violento pasado, pero una persona real no es tan maleable y no se puede pedir todo.
No debemos olvidar que en el comic japonés todos los personajes llevan peinados imposibles y expresiones permanentes que causarían tirones a cualquier persona después de cinco minutos intentando mantenerlas. Teniendo en cuenta todo esto, tanto los actores como los encargados de vestuario/maquillaje (lo siento, ignoro la ocupación exacta de quienes se encargan de caracterizar los personajes) han realizado un trabajo excelente.
Hajime Saito y Sanosuke Sagara se distinguen a kilómetros, en cuanto aparecen ya sabes quienes son. El primero con su traje de policía, su cara de pocos amigos y su estilo repeinado con dos mechones a ambos lados de la frente y el segundo con su "pelo pollo", esa chaqueta blanca con el carácter de "malo" a la espalda y su enorme espada matacaballos o zanbato (que usa más tiempo y con más habilidad que el Sanosuke original).
Otros personajes pecan un poco de falta de fuerza, como Kaoru y Megumi, que no se muestran tan fiera (en el caso de Kaoru) ni tan calculadora (Megumi) pero igualmente complacen. Incluso se ha metido a Yahiko como estudiante de Kaoru, una idea que me ha encantado porque no se podía hacer de otra manera.
La decepción llega con la decisión (al parecer tomada en previsión a próximas películas) de que Aoshi Shinomori no salga en la película y su papel lo tenga Gein (Gein con el aspecto de Enishi y la forma de luchar de Aoshi.....madre mía). Para el que no lo sepa, ese "ninja" con mascara y pelo blanco es en el manga un personaje mucho más carismático y extremadamente importante para el argumento de la obra.
¿Y las escenas de acción? Bueno, aquí hay un pequeño conflicto en función de que consideramos mejor, la calidad o la cantidad. Para su temática Kenshin, el guerrero samurái tiene pocas escenas de acción, a lo que hay que sumar el hecho de que el prota utiliza una espada que no mata y eso impide que la sangre inunde la pantalla como suele pasar en películas de espadas.
Lo bueno es que estás pocas escenas son siempre geniales, especialmente las que involucran a Kenshin con su velocidad sobrehumana y su propia banda sonora.
La adaptación ha resultado ser muy buena, recomendable tanto para los que conocen el manga como para los que simplemente quieren disfrutar de una buena película de corte clásico japonés.
Hace un mes ha salido la segunda parte, ya que se ha decidido que Kenshin tenga una trilogía, y estoy esperando con ansias que llegue a nuestro país para poder ver de nuevo a mi samurái preferido en carne y hueso.
Lo mejor es la caracterización de personajes. Sanosuke y Saito son realmente increíbles. Las escenas de acción tienen mucha calidad pese a su escasez.
Lo peor seguramente lo de no sacar a Aoshi. Con él la película habría durado una hora mas, aunque claro, eso también explica su ausencia.


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