El protagonismo de Dragon Ball siempre ha recaído en Son Goku, aunque se le diesen varios compañeros al principio de la aventura o su hijo fuera, supuestamente, la clave para derrotar a muchos villanos (cómo olvidar el mensajito de Toriyama al principio de la Saga de Bu diciendo que Gohan sería el protagonista a partir de ese momento), pero con el llamado Dragon Ball Super, que no es más que una continuación de la obra original, este papel protagonista ha pasado a estar compartido con uno de los personajes que mejor desarrollo está teniendo desde que se empezó a publicar esta secuela: Vegeta.
Sí, era bastante previsible que el Príncipe de los Saiyanos (voy a intentar usar todo el tiempo los términos de la traducción española, aunque de primeras me salga decir saiyan) fuera a tener un papel importante en Dragon Ball Super, pero quizás no era tan previsible que se convirtiera en mucho más que un segundón enfurruñado que hace una cosa buena de entre mil cosas malas. Hace tres años hice una relectura completa de la primera parte de Dragon Ball que fui comentando en Twitter casi escena por escena en la que dije que Vegeta era uno de los personajes más incoherentes de la obra pero a su vez el que más desarrollo tenía casi al final de la Saga de Bu, pues bien, esa incoherencia se ha terminado y han dejado el desarrollo, la evolución constante y el ser un complemento perfecto a Goku tanto en personalidad como en estilos de combate.
ATENCIÓN: A partir de aquí hay spoilers hasta el último tomo del manga Dragon Ball Super publicado en España (Tomo 15-Capítulo 68).