Al fin puedo decir que soy fan de DC y, por tanto, de ECC Ediciones, responsables de publicar sus obras en España. En las Navidades de 2016, Batman: Año Uno llegó a mis manos y comenzó una intencionada e ilusionada carrera a través de distintas obras de la editorial. Al principio me limitaba al Caballero Oscuro, pues sentía cierta reticencia ante personajes que apenas conocía como Flash, Aquaman o Green Lantern, y Superman nunca había sido santo de mi devoción.
La primera "prueba" para meterme de lleno en las historias de DC más allá del murciélago de Gotham fueron las colecciones de novelas gráficas (a las que aún dedico mi atención) y las crisis del multiverso (Tierras Infinitas, Infinita y Final), seguidas rápidamente por Crisis de Identidad, mi cómic preferido desde entonces, pero seguía sintiendo que me faltaba algo. Tramas más largas, colecciones con más contenido relacionado entre sí.
Mi oportunidad se presentó cuando, aprovechando el tirón de la adaptación cinematográfica, ECC Ediciones anunció un coleccionable semanal en doce números de la Liga de la Justicia de Geoff Johns.
