La violencia es el mejor de los reclamos en cualquier medio de entretenimiento, por encima incluso del sexo (en serio), pero se suele demandar mucho más la violencia gratuita que aquella con un sentido concreto, aquella que es necesaria y está justificada para la evolución argumental. A muy pocos usuarios les importa si esos dos tíos duros y grandotes tienen razones para partirse la cara, solo quieren ver sangre sin tener que forzar esas neuronas tan valoradas que acaban sufriendo el mismo destino que el par de botellas de buen vino que guardas para la ocasión perfecta, es decir, o no tienes oportunidad de usarlas o te olvidas por completo de que las guardabas.
Es una suerte y una maldición formar parte de ese grupo de personas que gustan de la violencia justificada y con una finalidad (cuidadito con las interpretaciones tontas a esta frase, no nos vayamos por temas que no pintan nada aquí), y ha resultado ser el manga el medio que considero mejor a la hora de aplicarla.
Es una suerte y una maldición formar parte de ese grupo de personas que gustan de la violencia justificada y con una finalidad (cuidadito con las interpretaciones tontas a esta frase, no nos vayamos por temas que no pintan nada aquí), y ha resultado ser el manga el medio que considero mejor a la hora de aplicarla.