Ya he mencionado un par de veces lo mucho que me gustan los juegos de aventura gráfica desarrollados por Telltale y recientemente he situado a la trilogía de videojuegos Borderlands de GearBox como una de mis preferidas. La unión entre ambas empresas para desarrollar una nueva entrega fue un acontecimiento que no podía dejar pasar y que me hizo tener altas expectativas.
Gracias a Telltale había disfrutado como un enano de The Wolf Among Us, había llorado con el primer episodio de The Walking Dead (aunque el segundo me dejó algo frío) y Game of Thrones me tuvo entretenido unas horas. Saber que se iba a usar todo ese talento para contar historias y crear situaciones peliagudas dignas de las mejores aventuras gráficas en un universo como el de Borderlands me hacía esperar algo tremendo.
Gracias a Telltale había disfrutado como un enano de The Wolf Among Us, había llorado con el primer episodio de The Walking Dead (aunque el segundo me dejó algo frío) y Game of Thrones me tuvo entretenido unas horas. Saber que se iba a usar todo ese talento para contar historias y crear situaciones peliagudas dignas de las mejores aventuras gráficas en un universo como el de Borderlands me hacía esperar algo tremendo.