La gran mayoría de los videojuegos no funcionan sin una buena némesis, un enemigo que nos inspire a seguir avanzando, que nos lo haga pasar mal hasta el punto de causarnos un profundo sentimiento de rivalidad. A veces estos antagonistas están tan bien diseñados que todo el argumento gira en torno a ellos e incluso se convierten en nuestros personajes preferidos. Todo ese odio y frustración que nos causan en algunas ocasiones no hacen más que abrirnos los ojos a la innegable verdad.
Nuestros enemigos nos forjan, nos influencian y guían nuestros pasos. Ellos son los verdaderos protagonistas.
Nuestros enemigos nos forjan, nos influencian y guían nuestros pasos. Ellos son los verdaderos protagonistas.
Con tantos juegos completados (siendo además amante del RPG, género con los mejores antagonistas) me resulta imposible hacer un top o un listado donde ponga a unos por encima de otros como si nada, pero puedo destacar a unos pocos que representan, cada uno a su manera, aquellas características que más valoro en los antagonistas de los videojuegos.